Con una mano en el corazón: “El Padrino III” (The Godfather: Part III, 1990) es la entrega más flojita de una de las mejores sagas/trilogías de todos los tiempos. Francis Ford Coppola lo sabe y anda con ganas de revertir esta situación. El realizador estuvo aprovechando los últimos años de su carrera para revisionar su propio material, retocando aquellas cosas que siempre quiso modificar dentro de sus historias (y su visión particular) y, por diferentes motivos, no lograba concretar.  

A las restauraciones de “Tucker: Un Hombre y su Sueño” (Tucker: The Man and His Dream, 1988), “Cotton Club” (The Cotton Club, 1984) y “Apocalipsis Now” (Apocalypse Now, 1979), pronto se sumará la fallida resolución de la saga Corleone, con una nueva edición titulada “Mario Puzo’s The Godfather, Coda: The Death of Michael Corleone”. Spoilers aparte, esta nueva versión restaurada promete presentar la visión original del director y el guionista (Puzo), y tiene toda la intención de llegar a las salas de cine -con un estreno limitado-, antes de aterrizar en plataformas de streaming y formatos hogareños.   

“‘Mario Puzo’s The Godfather, Coda: The Death of Michael Corleone’ es un reconocimiento a mi título preferido de Mario y nuestras intenciones originales para lo que se convirtió en ‘El Padrino III’. Para esta versión creé un nuevo comienzo y un nuevo final, y reorganicé algunas escenas, tomas y pistas musicales. Con estos cambios, más el metraje y el sonido restaurados, para mí es una conclusión más apropiada para ‘El Padrino’ y ‘El Padrino II’, y estoy agradecido con Jim Gianopulos y Paramount por permitirme volver a revisitarlo”, declaró el mismo Coppola, más que contento con la oportunidad.

Para su estreno en 1990, la conclusión de la saga criminal venía más hypeada que una nueva aventura de “Star Wars”. Tras una segunda parte que complació tanto los críticos como al público -además de juntar premios a lo loco-, todos morían por ver el regreso de este “Padrino”, que es tan parte de la cultura popular como Luke, Leia y compañía. Pero los años habían hecho mella en Francis Ford que, al parecer, ya no tenía las mismas grandes ideas para contar y, encima, nos encajó la tediosa actuación de la nena (perdón, Sofia).

Ahora, el ascenso y la caída de la familia Corleone tiene una nueva chance para redimirse, justo a tiempo para la celebración de su 30° aniversario. A pesar de todo, el film consiguió siete nominaciones al Oscar, incluyendo la de Mejor Película y Mejor Director, y pasó a la historia como cierre de una de las mejores trilogías.

Coppola y su compañía productora (Zoetrope) trabajaron en una minuciosa restauración cuadro a cuadro -a partir de un scaneo en 4K del negativo principal-, un proceso que llevó más de seis meses, reparando daños y otras anomalías. Como todo en medio de la pandemia, la cuarentena obligó a suspender el proyecto, completando la restauración de manera remota. “Coppola supervisó todos los aspectos de la restauración mientras trabajaba en la nueva edición, asegurándose de que la película no solo se vea y suene impecable, sino que también cumpla con sus estándares personales y su visión como director”, declaró Andrea Kalas, vicepresidente senior de Paramount Archives, también responsables de darle nueva vida a este desenlace.