En el año 2016, tras un turbulento y ‘apasionado’ año de matrimonio con Johnny Depp, Amber Heard solicitó el divorcio (con orden de restricción incluida), comenzando una batalla legal que parece no tener fin. En la deposición, la actriz alegó que había sido abusada verbal y físicamente durante la relación, casi siempre cuando Depp se encontraba bajo la influencia del alcohol o las drogas. Ambas partes llegaron a un acuerdo económico -siete millones de dólares que Heard donó a la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles) y al hospital para niños de Los Ángeles-, y una declaración conjunta que pareciera haber zanjado el asunto, pero a principios de este año, Johnny contraatacó, demandando a su ex esposa por la suma de 50 millones.

¿La razón? Simple difamación, tras la publicación de un artículo que la actriz escribió para The Washington Post (en diciembre de 2018) que “dependía de la premisa central de que la Sra. Heard era una víctima de abuso doméstico, y que el Sr. Depp perpetró violencia contra ella”, a pesar de que la nota no menciona al actor, ni ninguno de los presuntos incidentes consumados por él. Depp también alegó que Heard había sido la parte abusadora, y que sus acusaciones constituían un engaño contra él.

Ahora, un nuevo fallo promete exponer un poco más la intimidad de la estrella de “Piratas del Caribe” y a su ex compañera, ya que el juez de Virginia (lugar de la demanda porque ahí se encuentran las oficinas del periódico) acordó con las partes la necesidad de entregar “registros médicos relevantes” y cualquier material relacionado con su consumo de alcohol y drogas, antes del próximo 15 de noviembre.

“El señor Depp no puede buscar litigar la verdad de las acusaciones de la señora Heard sobre su comportamiento violento y abusivo mientras estaba intoxicado, insistir en proceder sin una orden de protección y luego rechazar alegremente la producción de evidencia que confirme la verdad de esas acusaciones por razones de relevancia y privacidad”, declaró J. Benjamin Rottenborn, abogado de la actriz, en un memorándum que acompañó la, ahora, exitosa moción del juez.

En septiembre pasado, Heard presentó documentos para desestimar el caso, después de que se le rechazara el traslado del asunto a un tribunal de California. La corte, todavía no se expresó en este aspecto, pero Roberta Kaplan -cofundadora de Time’s Up Legal Defense Fund-, al frente del equipo legal de la demandada, se muestra bastante optimista.

Por su parte, los abogados de Depp aseguraron que su cliente “no tiene nada que ocultar sobre sus indulgencias y acciones pasadas bajo la influencia de las sustancias”, y dejaron bien en claro su objeción (por escrito) sobre la orden estipulada por el juez el 18 de octubre. Igual, afirman que cumplirán con dicha disposición, la que terminará revelando lo que realmente sucedió durante la breve relación de la pareja.

Como verán, una novela que no parece tener fin, donde los dedos acusadores se dirigen para ambos lados. Depp siempre se sintió ‘desfavorecido’ por las acusaciones en medio del despertar de movimientos como #MeToo y Time’s Up, alegando ser la verdadera víctima de abuso dentro de su matrimonio. Los abogados del actor también afirmaron que el artículo en cuestión empañó su buen nombre, y le costó a la estrella su lugar en el futuro de la franquicia de los piratas, la cual tendrá su reinicio ya sin su aparición.

Un reclamo que Disney nunca confirmó ni negó, pero podría tener que ver mucho más con la deslucida carrera del intérprete que viene saltando de fracaso en fracaso, incluso con grandes producciones a cuestas como “Animales Fantásticos: Los Crímenes de Grindelwald” (Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald, 2018).