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The Handmaid's Tale, temporada 4: Entre el deseo de escapar y la sed de venganza

Este domingo se estrenó la cuarta entrega de la aclamada serie distópica basada en la novela de Margaret Atwood. Con nuevos personajes, el objetivo de las Criadas sigue intacto: comenzar la revolución y alcanzar la libertad. Alerta Spoilers

The Handmaid's Tale, temporada 4: Entre el deseo de escapar y la sed de venganza

Cuatro años después del estreno de la primera temporada llega la cuarta y anteúltima entrega de The Handmaid´s Tale (El Cuento de la Criada) con nuevos personajes, recambio de enemigos, otras historias y el objetivo de siempre: escapar de Gilead sanas y salvas.

Basada en la novela de Margaret Atwood de 1985, casi sin querer The Handmaid´s Tale sirvió - y sirve - como metáfora de las luchas que encarnan los feminismos y las minorías alrededor del mundo.

 

Así, desde su lanzamiento, la serie encastra de forma perfecta en la trama de reclamos sociales y políticos que supieron encontrar en la obra una metáfora que se aventura en lo que podría ser un post capitalismo no tan lejano.

La misma autora cuenta en el prólogo del libro que la historia está inspirada, en parte, en la apropiación de niños en la última dictadura cívico-militar argentina y el nazismo, régimen del que no solo rescata parte de su ideología sino también su estética de principios del siglo XX.

¿Por qué la trama nos interpela y atemoriza? Inspirado en el terrorífico y distópico universo de Atwood, el creador de la serie Bruce Miller, lejos de inventar un mundo totalmente irreal llevó al máximo de lo imaginable flagelos con los que convivimos día tras día: machismo, patriarcado, contaminación, ambición de poder y traición.

Así, los autores juegan con prever un país en el que factores de los que son culpables los humanos han reducido la tasa de natalidad de manera más que alarmante y ha llevado a un régimen totalitarista donde las pocas mujeres fértiles son esclavizadas sexualmente.

Camino a la salvación (A partir de acá, spoilers)

La tercera temporada terminó con June montando un ambicioso y exitoso operativo gracias al cual rescató a 86 niños y varias mujeres en un avión con destino a Canadá. Aún teniendo la posibilidad de escapar, June se quedó en Gilead aferrada al deseo de volver a encontrarse con su primera hija, Hannah.

Como consecuencia de dicha hazaña, la última escena muestra a nuestra heroína malherida, cerca de la muerte. Desde allí retoma el primer capítulo de la cuarta temporada en la que vemos como un grupo de conocidas criadas (Janine, Alma, Brianna y otras) rescata a June y se esconden en cautiverio intentando mantenerse a salvo.

Musicalizada con el alegre hit de Aretha Franklin, "I say a little prayer", el comienzo de la nueva temporada nos anticipa el constante juego entre la vida y la muerte, la cordura y la locura, el amor y el odio, opuestos complementarios que marcarán a fuego el devenir de los personajes que ya atravesaron 36 episodios previos cargados de muerte, sometimiento e injusticia. 

Una nueva June Osborne

Calificada como la enemiga pública número uno, el personaje que encarna a la perfección la hipnótica Elizabeth Moss, emprende su camino como la líder de un movimiento subversivo que buscará derrocar el régimen de Gilead que, aunque resiste, es cada vez más débil.

El Comandante Joseph Lawrence y a su par Nick Blaine admiten que fueron cambiados por el coraje de June y que sus objetivos ya no son los mismos. Mientras tanto, representando uno de los primeros eslabones de la derrota, en Canadá continúan presos el comandante Fred Waterford y su esposa Serena Joy.

Por su parte, la historia de amor con el Comandante Blaine perdura y la protección que él le otorga a Osborne sigue siendo uno de los factores que la mantienen con vida. A su vez, su romance se presenta como un halo de esperanza en un escenario de interminable violencia y dolor.

Con la pedofilia como un nuevo condimento de sometimiento que no había estado presente en las otras temporadas, la trama nos presenta una nueva June cargada de odio y sed de venganza que coquetea con la locura extrema en más de una oportunidad.

El tercer capítulo que tiene a Moss como directora lleva al extremo de lo soportable una trama de torturas - físicas y psicológicas - a las que es sometida la protagonista por la Tía Lydia (que vuelve recargada y más rencorosa) y un nuevo Comandante más cínico, violento y despiadado que los anteriores.

Cerca de la revolución

La estética de art decó de principios de siglo y la simbología religiosa que recorrieron los capítulos anteriores conviven ahora con largos planos en la actual y moderna Canadá.

Allí las personas se visten como civiles del nuevo milenio mientras que en Gilead las Criadas continuan llevando los largos atuendos rojos, las Señoras finos vestidos verdes y las Marthas delantales grises.

Con la libertad como horizonte, el hilo conductor en esta temporada de diez episodios es "¿y ahora qué?". ¿Qué hace una persona cuando finalmente emerge de la tortura infinita y resurge en una vida nueva?

Para June la salvación aún está lejos pero su mejor amiga Moira, su hija Nicole, la ex Martha Rita, su ex esposo Nicholas, la ex Criada Emily y varios otros personajes intentan construir una vida en Toronto con el pasado como una carga que podrá servir como un dolor irremediable o como un aprendizaje imborrable.

The Handmaid´s Tale (El Cuento de la Criada) ya estrenó su cuarta temporada en la plataforma de Hulu para Estados Unidos y este domingo 2 de mayo estrenó en Argentina los primeros tres capítulos en la plataforma de streaming de Paramount +.

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