Cuando pasaban sus horas en la facultad compartiendo apuntes y estudiando para los finales de la carrera de Relaciones Públicas, no se imaginaban que de esa conexión que los unía iba a nacer el proyecto que hoy marca el pulso de sus días. Mucho menos en aquel encuentro de septiembre de 2004, cuando se conocieron gracias a un grupo de amigos en común, en una salida que ensambló a fuego sus caminos.

Desde chicos, a Emiliano Escudero e Ignacio Oporto les gusta café, el té, los panes y la pastelería, sobre todo a la hora del desayuno y de la merienda. Para ellos, viajar era sinónimo de disfrutar descubriendo nuevos sabores. Y esa llama interna por la gastronomía, pese a que no tenían experiencia en el rubro, fue la que terminó de inclinar la balanza al momento de lanzarse con un emprendimiento propio. Con la seguridad de querer dejar de trabajar en relación de dependencia, le dieron vida a Usina Cafetera, una cafetería de especialidad y pastelería que dice presente en varios rincones de la Ciudad.

"Tenemos amigos pasteleros y cocineros que fueron referentes y en quienes nos apoyamos muchísimo para armar la primera carta. De a poco fuimos construyendo la idea y empezamos a investigar sobre proveedores de granos de café y descubrimos lo que era la cafetería de especialidad", cuenta Escudero, dueño y socio de Usina Cafetera, en una charla con Filo.News.

Una usina de calidad

Si hay algo que no se negocia para los creadores de Usina Cafetera es la calidad de los productos que ofrecen. Ambos coinciden en que para brindar un buen servicio hay que estar en todos los detalles. Así lo pensó Oporto cuando decidió hacer el curso de barista para conocer las bases de su negocio. Además, lo reflejan cada vez que se visten de agentes de recursos humanos y se toman el tiempo para seleccionar al personal, capacitarlo y transmitirles la cultura del trabajo que ellos predican. Ahí, quizás, esté la clave de su éxito.

"No hace falta ser pastelero ni panadero para percibir que algo está bueno, que está elaborado con calidad y que se mantiene en el tiempo. Logramos centralizar toda la producción y en cualquiera de los locales que visiten, el producto siempre es el mismo", sostiene Emiliano.

Hace seis años, cuando el café de especialidad no sonaba tanto en las cafeterías porteñas, los vecinos de Villa Urquiza fueron testigos del nacimiento de Usina Cafetera, cuyo café insignia es Puerto Blest. Con el paso del tiempo, la cafetería se expandió con un segundo local en Recoleta y, sorprendentemente, le hizo frente a la crisis de la pandemia con tres franquicias en Palermo Nuevo, Palermo Hollywood y San Isidro.

"Tenemos seis años de trayectoria y muchos clientes que ya conocen a los empleados. Eso genera un ambiente muy lindo, logrando que la persona se sienta como en casa. Si bien los empleados han ascendido y han cambiado de sucursales, transmiten la cultura de trabajo que nosotros les enseñamos", asegura Emiliano, al tiempo que destaca el trabajo de todo el equipo liderado por la pastelera Estela Tapia.

La curiosidad de la gente sobre la calidad y el tipo de café que consume fue creciendo a medida que el café de especialidad comenzó a hacerse más habitual en las calles de la Ciudad. "Desde hace seis años a la fecha cambió todo. En su momento, a la gente no le importaba tanto o no sabían. Si bien valoraban el café, creían que le poníamos crema pero les explicábamos que, en realidad, la leche estaba texturizada y por eso quedaba el producto final de esa manera, además de que era elaborado por baristas profesionales", describe Escudero. Y agrega: "Hoy en día, mucha gente que nos visita usa términos específicos puesto que nosotros explicamos el proceso de elaboración del café. Al crecer como cafetería de especialidad, la gente se acostumbra y exige un producto mejor. Nosotros estamos muy contentos con eso, nos parece que está buenísimo y, año tras año, va creciendo el sector".

Los preferidos

Emiliano e Ignacio se conocen hace 17 años y están casados hace uno. Sin embargo, si se trata de elegir un café y una preparación dulce, cada uno se para en una vereda diferente.

"A Ignacio le gusta el café solo, por lo que elige tomar siempre el Doppio, que es un expreso doble, intenso y sin endulzar. Y la torta favorita es la Carrot Cake -según dice, también elegida por la mayoría de los clientes- que es super especiada y se compone de un bizcocho de zanahoria con un frosting de queso, frutos secos, pasas y un recorrido de sabores que te vuelven loco", revela Escudero.

Aunque también le pone puntaje alto a la Carrot Cake, Emiliano no puede desligar su elección del chocolate: "Yo soy fanático del chocolate, así que me encanta la Choco Usina y la Marquise, son mis preferidas. Pero si tengo que elegir una, elijo la Choco Usina porque me parece bastante única. Es puro chocolate, con un bizcochuelo muy húmedo que parece un soufflé. Muchas veces la gente cree que es una mousse, pero en realidad es un bizcochuelo húmedo. Y la disfruto con un Latte, porque me gusta mucho la combinación de nuestro café con la leche texturizada".