La premisa en Instagram parece muy simple: publicar buenas fotos. Con esa condición inicial cumplen muchos, casi todos los emprendimientos gastronómicos. Enfoques cenitales, primeros planos de platos suculentos o delicados, lindas tomas del equipo de cocina y del salón; por suerte, podemos ver mucho de eso en las redes. Sin embargo, algunas cuentas se destacan por una apuesta un poco más original, con una mayor dedicación a la hora de contar historias o diseñar un contenido. ¿Quiénes están en el podio de instagrammers? Estos son algunos de nuestros restaurantes favoritos para sumar al feed de cada día.

Niño Gordo

Puede parecer obvio y nos van a tener que disculpar, pero además de una decoración de alto impacto, el asiático de moda en Palermo tiene una gran propuesta digital: videos cortos con personajes simpatiquísimos, imágenes de su enorme colección de muñecos y saludos de cumpleaños a miembros del equipo que incluyen la descripción de su animal correspondiente en el horóscopo chino. Da ganas de mandar un CV. 

Beba

Es una de las últimas incorporaciones gastronómicas del Mercado de San Telmo y, haciendo juego con una escenografía bastante original (parece la cocina-comedor de una abuela de clase media argentina), el Instagram de Beba habla con una voz bien distinta al resto: los posteos están escritos en primera persona y firmados por una señora ficticia que es, claro, una abuela amorosa. Todo obra de Juan Femenías, dueño y cocinero.

Lardo & Rosemary

Con ayuda de algún diseñador gráfico, muy seguramente, el restaurante de Zona Norte comandado por Paul Feldstein y Victoria Rabinovich (trabajaron juntos en Sucre y en Lupa) no se limita a postear fotos de sus platos y materia prima (aunque en eso consiste, obviamente, buena parte de su perfil). Se decidió llevar un poco más allá la presencia en redes con imágenes intervenidas con el logo de Lardo & Rosemary, algo de estética pop, buen gusto y gracia. Aparecen obras de arte, íconos musicales y anuncios de eventos o menús especiales con una vuelta de tuerca, como discos de vinilo inventados a modo de flyer para cada ocasión. Thumbs up. 

El Santa Evita

Es cierto que está todo pensado para sacar sonrisas a una audiencia peronista, pero es probable que, si no sos un acérrimo opositor, encuentres a la cuenta del restaurante de Gonzalo Alderete Pagés y Florencia Barrientos Paz bastante entretenida. No solo es una carta de amor a la cocina argentina tradicional, al General y a Eva, con tintes de nostalgia y giros humorísticos; también es una fuente sorpresa de contenidos históricos, un soporte para comentar la coyuntura política y económica y -digamos todo- un espacio de militancia. Nadie puede negar que es, al menos, interesante.

KOI 

¡Los colores! Esa es definitivamente la mejor parte de la cuenta de KOI, el local especializado en dumplings, baos, buns y ramen que convoca a una clientela joven: esos comensales que buscan gastar poco, comer rico, tomar cerveza y juntarse con amigos un rato. Creado por gente igual de fresca que su público, este fast food asiático produce fotos y flyers vibrantes, además de settings perfectos para sus platos. Es todo hermoso y marida muy bien con la propuesta gastronómica, que en mayo va a estrenar una segunda casa.

Chori

Todo en esta vida tiene un ciclo. Los mismos propietarios de Niño Gordo, primero en esta lista, se despachan con una cuenta del mismo nivel de calidad para otro de sus proyectos: Chori, el restaurante al paso pensado para poner en valor el sándwich ícono de nuestro país. Pedro Peña y Germán Sitz -también detrás de La Carnicería y Juan Pedro Caballero- saben muy bien lo que hacen, tanto desde su visión estética como culinaria y de negocio. En las redes esa experiencia no se queda atrás y, en este caso en particular, se traduce en buenas fotos, un personaje singular, humor gráfico y argentinismo explícito.