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Braian Toledo, el atleta que no tenía para comer y se metió entre los mejores

El joven lanzador de jabalina murió a los 26 años tras accidentarse con su moto en Marcos Paz. La frase de su mamá que marcó su vida, los trabajos que realizó para poder comer y lo logros que lo metieron en la historia grande del atletismo argentino.

Braian Toledo, el atleta que no tenía para comer y se metió entre los mejores
Braian Toledo, el atleta que no tenía para comer y se metió entre los mejores

Braian Toledo nació el 8 de septiembre de 1993 en Marcos Paz, la misma localidad bonaerense en la que este jueves murió luego de sufrir un accidente con su moto. Brian Toledo nació y murió en el mismo lugar, porque a pesar de haberse convertido en uno de los atletas más destacados del país, nunca se olvidó de dónde salió.

Así lo contaba el propio lanzador de jabalina cada vez que tenía la oportunidad. No renegaba de su origen humilde y si algo lo enorgullecía más que tener alguna medalla colgada, era hablar de su mamá, Rosa, y su familia.

El joven atleta que tenía 26 años creció en una casilla de madera sin agua corriente en la que moldeó su vida, a pesar de las dificultades que la realidad le ponía en el camino. Su padre lo abandonó y no tenía muchos recuerdos de él. Hasta que hubo una frase lo marcó para siempre la noche que encontró a su mamá llorando angustiadamente: "No sé qué voy a darles de comer mañana", contó en reiteradas entrevistas.

Desde ese día, Braian se propuso trabajar de lo que sea para conseguir al menos un puñado de centavos que le alcancen para comprar una bolsa de pan para su familia. Fue albañil y hasta pasó noches en vela haciéndole la tarea a sus compañeros del colegio a cambio de unas monedas.

Mientras tanto, entrenaba. Braian Toledo no dejaba de entrenar y de a poco se fue convirtiendo en uno de los deportistas argentinos de mayor proyección. De la mano de su entrenador y descubridor, Gustavo Osorio, ya se establecía como una de las figuras en la categoría menores y, en 2010, logró una de sus mayores hazañas: se colgó la medalla de oro en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud, en Singapur, donde además fue el abanderado de la delegación argentina.

Ese progreso no se detuvo y las conquistas siguieron llegando, mientras rompía todos los récords continentales, sudamericanos y nacionales en las categorías menores y juveniles que se le ponían por delante. Fue bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 (atleta medallista más joven), fue campeón iberoamericano en 2012, año en el que también se dio el gusto olímpico en Londres. En 2015, se convirtió en el primer atleta sudamericano de la historia que logró llegar a la final de un mundial (Beijing) en jabalina, y al año siguiente repitió ese logro llegando a la gran definición en los Juegos de Río de Janeiro.

Un esguince de tobillo lo dejó afuera de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, pero eso no corrió de foco su gran objetivo que era Tokio 2020, para lo que se había trasladado hace años a Finlandia a entrenar junto a Kari Ihalainen, uno de los mejores técnicos del mundo.

Braian Toledo no dejaba de soñar con lanzar su jabalina hasta el infinito. Tampoco de ayudar a los chicos que estaban creciendo en las mismas condiciones que a él le tocaron vivir, participando de numerosas iniciativas solidarias e impulsando el deporte a donde quiera que vaya. En definitiva, a medida que pudo, nunca dejó de devolverle a su hogar todo lo que a él le había faltado.

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