Se acomodarán las canilleras, ajustarán sus botines, se pondrán la camiseta, agarrarán -quizás- algún que otro amuleto y empezarán a caminar rumbo a la cancha. Se pararán en fila una detrás de la otra. Mirarán al frente para emprender la salida. Y allí, en el horizonte, se encontrarán con el paisaje más anhelado.

Las chicas del equipo de fútbol femenino de Boca jugarán en la misma cancha que vio divertirse a Diego Maradona, que deliró con los firuletes de Juan Román Riquelme, que gritó cientos de goles de Martín Palermo y que tantas veces escuchó el "Dale campeón, dale campeón". Probablemente, cuando estén en el centro del campo y levanten los brazos para saludar a todos los rincones de la Bombonera, se mirarán y pensarán que los sueños se cumplen. Cuando algo se desea desde lo más profundo y se trabaja con perseverancia para lograrlo, se cumplen.

"Es una locura. Todavía no caigo de que vamos a estar jugando en La Bombonera. Se vive muy lindo, raro. Fue todo demasiado rápido y cuesta creer que vamos a estar jugando ahí adentro con toda la gente", le contó a Filo.news Camila Gómez Ares, una de las Gladiadoras que el 9 de marzo jugará ante Lanús por la Fase Campeonato del torneo de Primera División, en la antesala del partido masculino entre Boca y San Lorenzo de la Superliga.

Desde que se confirmó la noticia este lunes luego de la presentación oficial del plantel, la volante trata de imaginarse una y otra vez cómo será la inédita vivencia. "Siento que va a ser increíble. Me imagino que voy a mirar alrededor la tribuna y no lo voy a poder creer. Pisar el césped y saber que vas a jugar ahí adentro es una locura, creo que no lo voy a poder explicar nunca. Voy a pensar un millón de cosas, en que gracias a mi familia y mis amigos estoy ahí, y en todo lo que tuve que luchar para que se cumpla un sueño increíble", relató.

Claro que la decisión de que las chicas jueguen en el Templo no fue tomada de un día para el otro, sino que es el resultado de muchos años de lucha por igualdad en el deporte, sumado al crecimiento del fútbol femenino nacional en los últimos tiempos. "Lo esperamos mucho. Desde que estoy en el club, hace 5 años, ya está la idea y seguramente viene desde antes, pero siempre se vio como algo muy lejano. En ese momento el fútbol femenino no era lo que es hoy. Ahora ha crecido mucho y falta un montón todavía, pero es algo que estábamos esperando y es increíble que se pueda hacer realidad", explicó la volante.

"Ojala Boca sea el pionero y dé un puntapié inicial para que el resto de los clubes lo tomen como una costumbre. Que las chicas puedan jugar en los estadios antes de los hombres sería algo muy lindo. Los dos equipos somos la primera del club, lo único que cambia es el género", se esperanza Gómez Ares.

Al fin y al cabo, así como las futbolistas de Boca lo soñaron y se ganaron el derecho de jugar en la Bombonera, también deberían poder cumplir los suyos las de River en el Monumental, las de Independiente en el Libertadores de América, las de Racing en el Cilindro de Avellaneda, las de San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro y todas las que se calcen la camiseta del algún club y le dediquen su vida al fútbol. Tal como ellos.