El segundo ascenso a la B Nacional se definió en medio de un verdadero escándalo. Este domingo en el Estadio José María Minella de Mar del Plata, los jugadores de San Jorge de Tucumán se sentaron en el campo de juego y luego se retiraron de la cancha en forma de protesta contra los fallos del árbitro Adrián Franklin. Por eso, Alvarado terminó festejando el ascenso.

Tras el empate sin goles en el partido de ida, el equipo marplatense ganaba 1 a 0 en el primer tiempo con un gol de Emiliano López, resultado que le aseguraba el salto de categoría. Pero además, el conjunto tucumano sufrió dos expulsiones (David Valdez por doble amarilla y Maximiliano Guardia) y cinco amonestaciones.

Cinco minutos después de comenzado el complemento, los jugadores visitantes se negaron a continuar con el partido, protestaron sentándose en el césped y Franklin dio por terminado el encuentro. Rápidamente se desató el festejo de Alvarado, que deberá esperar el fallo del Tribunal de Disciplina del Consejo Federal, el órgano de AFA que se encarga de regular los torneos de las Ligas del Interior.

"Creemos que fue un afano lo que pasó el primer tiempo, nos toca pasar a nosotros, hay que pensar en nuestras familias e hijos. No esperábamos un pésimo arbitraje, nos robaron en la cara", afirmó Ricardo Tapia, el capitán del conjunto tucumano.

Por su parte, Maximiliano Guardia agregó: "Se cagan en el trabajo nuestro, nos rompimos el orto todo el año y nos están robando, no nos pueden robar de esa forma. No queremos salir a jugar, no queremos jugar con este tipo dirigiendo. La decidimos cuando estábamos en el vestuario".