En el medio del estallido que se produjo en Estados Unidos y las repercusiones que tuvieron en todas partes del mundo, en Alemania, la Bundesliga de básquet tomó una decisión polémica y muy repudiada por los propios protagonistas, tras una carta oficial de la liga asegurando que habrá sanciones a quienes protesten.

"Básicamente, las declaraciones políticas en la liga no están permitidas, ya ses de forma verbal o no verbal. Para nosotros, como en el fútbol, se aplica lo siguiente: jugamos un deporte y no hay declaraciones políticas en ninguna dirección, por lo que no abrimos esa puerta. Sin embargo, entenderíamos si el problema estuviera relacionado con jugadores de Estados Unidos", expresa el texto firmado por Stefan Holz, director general.

Tras la misma, no fue para nada bien recibida por dirigentes y jugadores. Uno de los primeros en salir al cruce fue el capitán de Ratiopharm Ulm, Per Gunther, en redes sociales. "Estimados jugadores: si quieren expresarse y tomar una posición contra el racismo en el próximo torneo, no duden en hacerlo. Los primeros 10.000 euros en multas son por mi cuenta", destacó.

En la misma línea, el CEO de Bayern Munich, Marko Pesic respondió en diálogo con la prensa alemana: "En un momento en el que la solidaridad y la unidad están en juego, nadie puede evitar que los jugadores se expresen. Estar contra el racismo no es una expresión política sino una forma de vida".

La Bundesliga volverá a disputarse el próximo 6 de junio con un torneo reducido que se jugará en la ciudad de Munich. Ahora, tras la declaración oficial a días del comienzo, generó un sentimiento de incertidumbre y tensión por lo que pueda ocurrir dentro de la cancha con los jugadores que se expresen contra el racismo.