Años de discriminación, de exclusión, de reclamo, que fueron traducidos en lucha, en un incansable grito de todas las mujeres por igualdad en el deporte. En el 2019, y gracias al imponente auge del feminismo, las voces fueron escuchadas: se profesionalizó el fútbol femenino.

La decisión fue anunciada por el presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, en conferencia de prensa. "Esta asociación tiene un solo compromiso: hacer un fútbol mejor", declaró. Según afirmó, la medida alcanzará a 16 equipos en primera división y más de 20 en la segunda categoría.

Pero no es solo eso, no se trata únicamente de un hito deportivo. Representa un gran avance para la visibilización de las mujeres en el país. Así lo reconoció la futbolista Laurina Oliveros, en diálogo con Filo.News: "Es un acontecimiento muy importante para todas las jugadoras que estamos en esta lucha hace muchos años, desde las mas jóvenes hasta las pioneras".

"Es el primer paso para que el deporte femenino empiece a ocupar el lugar que corresponde y merece. Necesitábamos y queríamos igualdad, de a poco se va logrando", continuó.

En primera persona

Con 25 años, Laurina lleva el fútbol en sus venas: juega en el Club Deportivo UAI Urquiza de la Primera División Femenina de Argentina, y también forma parte de la selección Femenina de Fútbol de Argentina desde 2009. Además, es profesora de educación física.

"Yo jugaba desde muy chiquita con mis primas en la casa de mi abuela, piso de tierra y me cuerdo que la puerta del garaje era el arco", recuerda la joven. 

Luego, añadió: "Cuando tenía 5 años me fui a Estados Unidos a vivir con mi familia y ahí fue donde participé por primera vez de un equipo de fútbol. A partir de ese momento me di cuenta que era lo mas lindo que había y que quería que siga siendo parte de todos mis días. Hoy en día opino exactamente igual". 

Según reveló, en Norteamérica no sufrió discriminación por elegir el deporte, pero si en Argentina. Aún así, reconoce que poco a poco la sociedad está cambiando, inmersa en un proceso de deconstrucción constante.

"El ambiente 'machista' fue aceptando y entendiendo que las mujeres podemos jugar igual o mejor que ellos, que podemos vestir la celeste y blanca, la camiseta de un club, al igual que ellos. Somos humanos, todos, no tendría porque existir esas diferencias. Y de a poco, NOSOTRAS, fuimos haciendo cada vez mas fina esa línea", explicó.

¿Cómo continúa la lucha en el futuro? "Seguimos por el mismo camino. Demostrando que podemos, que somos fuertes, que nos merecemos todo esto", finalizó.