En el instante en que la chance de luchar por la medalla de bronce se esfumó, Paula Pareto se acercó a abrazar a su rival, la portuguesa Catarina Costa, y seguidamente no pudo contener las lágrimas. Es que a sus 35 años, la Peque vivió su última función en Tokio.

"Creo que la tristeza es parte de tantas alegrías también", fueron las primeras palabras de la judoca ante las cámaras de TyC Sports. Se cierra la carrera de una leyenda del deporte argentino, que horas atrás recibió el honor máximo de ser una de las portadoras de la bandera olímpica en la ceremonia de inauguración.

Antes de irse, entre lágrimas, la pequeña gigante manifestó: "Dejé hasta la última gota. A nadie le gusta perder, pero ya veremos que no es para despreciar un diploma olímpico".

El camino de Pareto en la capital japonesa había arrancado de la mejor manera, con dos contundentes victorias por ippon, primero ante la sudafricana Geronay Whitebooi, y luego frente a la eslovena Marusa Stangar.

En el último combate de su cuadro, tuvo por delante a la japoneas Funa Tonaki, la local y también candidata al oro en la categoría de hasta 48 kilos. Allí, la argentina sufrió un ataque desde el suelo en donde la rival la logró someterla a un ippon, mientras que Paula terminó con una lesión en el codo izquierdo.

Pese a no estar en óptimas condiciones físicas, la Peque salió a jugarse su última carta ante Costa en el repechaje. Sin embargo, cayó por waza-ari y entregó la última chance de competir por una medalla.

Fue el final de la aventura de Pareto en la capital japonesa. Y fue la despedida de la supercampeona que grabó su nombre entre las más grandes del deporte argentino.