Extrovertida, auténtica, carismática y desfachatada Connie Ansaldi se convirtió, casi sin querer, en una de las periodistas y panelistas de espectáculos más reconocidas del país. Sin embargo, más allá de su faceta mediática, es dueña de una extensa carrera como ejecutiva que pocos conocen.

Desde chica estudió publicidad, a sus 22 años ya era Directora de cuentas en una agencia y trabajó en Estados Unidos como productora. En 2010, siendo una de las pioneras, fundó su propia agencia de comunicación digital y social media, Nuclear Branding, y este año asumió como Directora para Latinoamérica de Neu21, una de las consultoras de diseño organizacional más importantes de Australia que, de su mano, desembarcó en Argentina.

“Cuando entré a trabajar en TV, que es probablemente por lo que la mayoría de la gente me conoce, ya trabajaba en publicidad. Para mí el paso de carrera fue empezar en la tele porque yo tenía otra profesión”, cuenta Connie que nunca abandonó su carrera como publicista y hoy es una de las referentes de la región en temas de comunicación, branding y mentoría para empresas, marcas y emprendedores.

Empezó a trabajar en medios para divertirse y jamás imaginó que nunca iba a dejar de tener trabajo: “Por suerte me ofrecen mucho trabajo en la tele pero a mí no me interesa. Me gusta ir a visitar a los chicos de LAM, aunque siento que cada vez que voy se arma un quilombo. Por culpa mía obvio, no por culpa de ellos, porque yo soy picante y si me preguntas te voy a contestar”, cuenta entre risas y se hace cargo de su personalidad avasallante y sin rodeos.

“Nunca necesité quedar bien con nadie, no necesito que me den nada y no busco nada cuando digo que algo me gusta o no me gusta, por eso a veces me meto en líos pero es parte de la personalidad que fui construyendo a lo largo de tantos años. La gente ya me conoce, pueden o no estar de acuerdo conmigo pero saben que lo que digo es lo que opino”, agregó Connie quien, a través de las capacitaciones que brinda hace tres años, ya capacitó a más de cinco mil emprendedores en áreas vinculadas al liderazgo, la visión de negocios y nuevas dinámicos de trabajo.

Es que su paso por los medios y su trayectoria frente a cámaras le dieron herramientas para destacarse en el mundo empresarial: “La solidez que te da estar más de veinte años frente a una cámara se capitaliza. Yo doy muchas charlas, conferencias y a la hora de plantarme frente a una audiencia tengo otro oficio. El otro me reía porque me preguntaron cuál fue la audiencia más grande frente a la que estuve y le contesté que millones”, asegura Ansaldi que sabe de lo que habla.

Entre Instagram y Twitter reúne casi dos millones de seguidores y no duda en usar sus redes sociales como canales para ayudar a quienes lo necesitan: los lunes hace “Contame un secreto”, un espacio de “desahogo virtual” donde la gente le cuenta sus angustias, deseos y miedos; los jueves comparte en historias de Instagram emprendimientos locales para impulsarlos; hace 11 años creó el hashtag solidario más grande de Argentina #unidosAR y más tarde #unidasAR para visibilizar problemáticas de género.

“Amo a las personas. Creo que si no tuviera el amor que tengo por la gente, no podría hacer todo lo que hago. Le dedico muchas horas de mi vida a interactuar, a contestar, a generar feedback, contenido, cosas que sean interesantes, comunidades donde el otro pueda sentirse reconocido y que le resulten un refugio”, expresa la publicista y enfatiza que en su nuevo puesto uno de sus objetivos será crear valor a partir de los vínculos entre personas, algo que le resulta muy satisfactorio y natural.

Su presencia difícilmente pasa desapercibida pero más allá de la firmeza con la que vive su adultez, en su juventud como profesional tuvo que marcar límites y forjar su profesionalismo en un mundo aún más desigual y con menos oportunidades que el actual: “Por suerte está cambiando pero al principio sí tenía que estar todo el tiempo demostrando quién era, dando examen de que era inteligente y capaz. Algo que es insoportable, más cuando sos mujer y sos chica”.

“Como era muy joven y directora de cuentas a los clientes les daba la mano, no los saludaba con un beso. Imaginate: pendeja, 22 años, linda, desfachatada, con curvitas -era como soy ahora pero pendeja- entonces de entrada, para que no me “caminaran”, les daba la mano re fuerte, no los dejaba ni que se acerquen a saludarme. Ponía una distancia por lo menos física”, recuerda y confiesa que por eso hoy uno de los pilares de su trabajo es la lucha por la igualdad de género y de oportunidades a mujeres en puestos de decisión y liderazgo.

El arte es un aspecto fundamental en la vida de Connie. No es solo una pasión, es una forma de ser y de ver las cosas. Su casa, completamente intervenida por pinturas de artistas y muralistas, habla por sí misma: “La gente que tiene una cabeza disruptiva como la mía todo el tiempo está pensando con todas las variables en juego. Lo que otra gente ve lineal yo lo veo con volumen. Cuando pienso un proyecto involucro todas las variables que me estimulan y las voy uniendo como partes; no es que son compartimentos estancos. Para los que tenemos una cabeza creativa la inspiración viene de todos lados, todo el tiempo”, reflexiona.

Coherente en sus pensamientos y asumiendo -en sus palabras- su personalidad “picante”, Connie confesó que nunca pretendió (ni pretende) caerle bien a todo el mundo y cree que vivir por fuera de ese mandato es lo que le dio la libertad con la que hoy se mueve: “Siempre digo lo que pienso, al que le gusta bien y al que no, no”, concluye la flamante Directora para Latinoamérica de Neu21 que sigue asumiendo desafíos y contagiando su energía en cada proyecto que emprende.