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Alerta: roban identidades en Instagram y engañan a mujeres con castings truchos

Varias víctimas accedieron a realizar pruebas en video para ser modelos de supuestas marcas de indumentaria, pero en realidad eran verdaderos estafadores que se hicieron pasar por alguien de su confianza con el objetivo de obtener y robar sus imágenes. Los usurpadores les pidieron a muchas de las chicas que se sacaran la ropa y posaran desnudas

Alerta: roban identidades en Instagram y engañan a mujeres con castings truchos

Durante la cuarentena hubo un gran incremento de delitos que se hacen a través de las redes sociales, páginas truchas y llamados telefónicos. Sin embargo, pareciera que los engaños no solo involucran el uso ilícito de imágenes propias no autorizadas, sino que además buscan saciar intereses sexuales y económicos. En este caso, varias usuarias de Instagram denunciaron que les robaron sus datos, fotos, videos e identidad con fines no autorizados. 

El nuevo modus operandi de estas personas es clonar cuentas y, con la excusa de una supuesta venta de indumentaria y búsqueda de modelos, contactan a mujeres y concretan entrevistas por video donde les piden que se saquen la ropa y luego guardan y difunden sus imágenes. 

“Hace más o menos un mes, recibí un mensaje de una amiga en el que me felicitaba por el lanzamiento de una nueva marca, pero como vio que yo me quedé sorprendida se dio cuenta de que había algo raro. Después terminamos dilucidando de que habían hecho una cuenta falsa con mi nombre y que habían contactado a un montón de chicas de mi entorno. Bajo la excusa de dar esperanzas a distintas mujeres, les iban con el cuento de ‘haceme de modelo para mi marca de ropa’ y les pedían un casting por video”, contó Gisela Patiño en diálogo con Filo.news, una de las damnificadas de esta nueva metodología.

Lola Fagin, otra de las víctimas, afirmó: “Un usuario de Instagram con mi nombre empezó a contactar a todos mis seguidores y amigas para estafarlos. Lo que hacían era pedirles fotos o que se conectaran a un Zoom con la excusa de que yo estaba vendiendo indumentaria y que necesitaba modelos. A través de estos mensajes en los que simulaban haber una especie de confianza, les hacían creer a la otra persona que era yo”. 

El gran problema de toda esta maquinaria es que tanto las conocidas de Lola como de Gisela, engañadas, accedieron a hacer los videos y hasta inclusive enviar fotos en ropa interior. Si bien la información se reduce a dos casos, son varias las damnificadas que sufren robo de identidad todos los días en Instagram.

“Dos conocidas terminaron entrando a esta reunión de Zoom. A una, le pidieron que haga poses y se ponga ropa ajustada, y otra amiga, un poco peor, terminó completamente desnuda ante la cámara sin haberse dado cuenta de que no era yo. Recién, cuando cayó en la cuenta, me contactó y la verdad es que se sintió muy mal, me hablaba llorando, estaba muy humillada y se sentía ultrajada porque no sabía qué podían hacer con esas imágenes”, contó Lola. 

A Gisela le pasó lo mismo, y varias de sus amigas y conocidas cayeron en la trampa también. “Con respecto a las chicas que fueron contactadas por ese Instagram me comentaban que se sintieron muy intimidadas cuando se enteraron de la verdad. Es horrible y muy intimidatorio porque han mandado fotos desnudas. Una cosa es tener la práctica de mandársela a un conocido y otra es darte cuenta de que la otra persona no es la que creías y que pueden hacer algo con esas fotos”, se lamentó. 

Federico Kirschbaum, especialista en seguridad informática y fundador de Ekoparty, la cumbre de hackers más grande de Latinoamérica, en diálogo con Filo.news, se refirió a este nuevo modo de robo de imágenes: “La estafa reúne dos grandes estrategias, una es el sentido de urgencia: ‘Hoy necesito que me ayudes porque tenés el perfil perfecto para este casting’, que involucra una decisión única y urgente que se tiene que tomar hoy y ahora. Y, por otro lado, es que mucha gente está con la necesidad de trabajar y, lo que están explotando estas personas, es la necesidad que tiene la gente de trascender o ser popular o trabajar como modelos. Mi recomendación es que hay que saber desconfiar un poco”. 

Mi recomendación es que hay que saber desconfiar un poco

“Mucha gente que antes se dedicaba al crimen de una manera, ahora está usando una computadora para cometer ilícitos y eso no siempre quiere decir que tengan un conocimiento técnico sino de que saben engañar a través de un teléfono”, agregó. 

Lola y Gisela hicieron las respectivas denuncias en las fiscalías especializadas en ciberdelitos y ya presentaron todas las pruebas, pero lo cierto es que los estafadores fueron cambiando los nombres de usuarios y, así, les fueron perdiendo el rastro. 

Uno de los pedidos de estos simuladores, era insistirles a las nuevas contactadas que dejaran de seguir la cuenta “nexo” (que en verdad eran las originales de Lola y Gisela), ello con el fin de evitar alertar a otras personas de la trampa de la que fueron víctima. 

“La verdad es que me dio mucha impotencia ser víctima de algo así, porque no podía hacer nada más que avisar, colgué una foto en mi Instagram para alertar a los demás, pero las chicas que habían entablado conversación con los estafadores ya me habían dejado de seguir entonces no lo vieron. Más que dar explicaciones y consolar a la gente no podía hacer”, se lamentó Lola.

“Todo esto, roza lo morboso y es horrible. Te sentís responsable, quieras o no, y no entendes cómo llegar a una solución, te sentís desamparada, porque si bien ahora se trata el tema de los ciberdelitos no le están prestando tanta atención porque sino no habría tantas mujeres que pasen por lo mismo. No se está trabajando el tema y hoy todo el mundo tiene una cuenta en una red social. Creo que sería primordial que se trabajen estos temas para las mujeres porque somos las que estamos más vulnerables”, aseguró Gisela. 

Te sentís responsable, quieras o no, y no entendes cómo llegar a una solución, te sentís desamparada

Lo cierto es que las mujeres que cayeron en la trampa y enviaron imágenes o hicieron videollamada sin ropa, no se animaron a denunciar por vergüenza de haber caído en esta mentira. 

“Es importante que la gente sepa que nuestra privacidad y nuestra información que disponemos públicamente, alguien la puede copiar y replicar y eso es algo que solamente se soluciona con educación, no hay herramientas que puedan subsanar ese problema”, advirtió el especialista Kirschbaum. 

Los casos de ciberdelito crecieron un 70% durante la cuarentena, y muchos de ellos se realizan generando confianza con las personas para luego estafarlas. 

Hoy, la mayoría de las personas tienen cuentas en redes sociales y muchos usuarios operan con perfiles públicos, de allí la importancia de advertir a la gente este tipo de maniobras y recomendarles, ante todo, que se contacten y verifiquen primero con la persona que se invoca para recién luego, acceder al trabajo o al pedido que se le hace. Estar alertas, corroborar de alguna manera el pedido que se hace, resultan en general métodos valiosos a los fines de evitar sucesos como los narrados.

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