Cada 11 de ocutbre se celebra en el mundo el Día Internacional para salir del "armario". Esta jornada sirve para visibilizar no sólo el orgullo LGBTQI sino también las tristes y difíciles historias de millones de personas que por la discriminación y violencia que viven todos estos colectivos, el "salir del clóset" no fue nada fácil.

El día fue decidido por los activistas Robert Eichberg y Jean O'Leary en 1988, en paralelo a la celebración de la Segunda Marcha por los Derechos de Gays y Lesbianas en Washington DC, Estados Unidos. Ese día marcharon más de 500.000 personas para pedir la igualdad de derechos. 

En nuestro país durante el 2018 sucedieron 147 crímenes de odio contra personas LGBT. En América Latina asesinan por día a, al menos, cuatro personas LGBTQI y los lugares más peligrosos para este colectivo son nada más y nada menos que la calle y la casa. El adentro y también el afuera, porque la homofobia y el machismo son transversales y la discriminación sucede en todos los ámbitos sociales. 

El Bullying y la exclusión de los espacios educativos y familiares hace que "salir del clóset" no sea simple y si bien hay muchas de estas historias que terminan bien, el colectivo trans, por ejemplo, que es uno de los más castigados, tiene una expectativa de vida de 35 años producto, entre muchos factores, de la violencia institucional y la ausencia de políticas públicas que concienticen a la sociedad. 

Desde las redes sociales millones de personas al rededor del planeta cuentan sus historias a través del hashtag #ComingOutDay o #AsíSalíDelClóset. Aquí, algunas de ellas: