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¿Por qué es peligroso un psicoanálisis sin perspectiva de género?

Los polémicos dichos de una psicóloga que asegura ser feminista se volvieron virales. En este artículo charlamos con dos profesionales de la salúd mental e integrantes de la Red de Psicólogxs Feministas al respecto. Qué errores comete y por qué va en contra de todo lo que el feminismo intenta desarmar.   

¿Por qué es peligroso un psicoanálisis sin perspectiva de género?
Necesidad de perspectiva de género

Los feminismos son muchísimos. Incluso se dice que hay tantos feminismos como mujeres feministas en el mundo. El feminismo es, además de amplio y diverso, la posibilidad de analizar todos los entramados sociales con una mirada de género y entender, a su vez, que nuestros vínculos están fuertemente ligados a normas y prejuicios nada inocentes. 

Esta semana salió en la revista Panama una entrevista a la psicóloga Alexandra Kohan, que el mismo artículo presenta como ¨la feminista que incomoda al feminismo¨.Una nota larga en la que se habla de mil temas que podrían, cada uno de ellos, ser tesis. Pero a vuelo de pájaro, la especialista describe las relaciones tóxicas, la responsabilidad afectiva, los escraches, las violaciones, el acoso, la seducción y el no es no. Sin dar muchos detalles de cada cosa, simplifica cuestiones para nada simples y la irresponsabilidad en ese acto es gigante. 

Para entender un poco más por qué me generó tanto desagrado (si bien algunas de las cosas que dice me parecen correctas), charlé con la psicóloga Antonella D´Alessio y la psicoanalista Gisela Cassouto, que son, ademas, docentes de la UBA y cofundadoras y coordinadoras de la Red de Psicólogxs Feministas

¨Si sos terapeuta es irresponsable pensar que los conceptos como mujer y varón no tienen incidencia en el análisis y en la vida de las personas. Hay una desigualdad históricamente construida.No le pasa lo mismo a una mujer que a un varón en este mundo. Ella habla de que enfocarse en el género de la paciente te impide pensar, pero hacer de cuenta de que la gente no está influída por el genero también te impide pensar, por ejemplo, cuales son las consecuencias de las violencias, padecimientos y malestar frutos de relaciones de poder en un sistema patriarcal en el que todavía vivimos¨, indica D´Alessio pero agrega: ¨Los feminismos estamos de acuerdo con no escencializar, sabemos que no hay una esencia masculina ni femenina y que el genero es cultura, pero no estoy para nada de acuerdo con esta idea de que atiendo seres humanos porque no estás contando, ahí,  todas las discriminaciones y violencias que viven por vivir en este mundo heteropatriarcal¨.

Por su parte, Cassouto refuerza: ¨Este artículo desatiende las cuestiones sitemicas y sociales que están en el transfondo del armado de las relaciones violentas desde aquello que genera identidad para varones y mujeres. Vivimos en una sociedad generizada, la familia no tiene el mismo peso para varones y mujeres, son términos generalizantes, sí, pero son los que hoy reinan. Si sigue pasando que las mujeres trabajan afuera del hogar pero son las únicas, además que se ocupan de las tareas domésticas, es porque esos esquemas se repiten.

Si hablamos, sepamos de lo que hablamos 

El término ¨responsabilidad afectiva¨es relativamente nuevo y su planteo es debatido, sobre todo, en espacios como el psicoanálisis. Antonella trabaja este tema en su consultorio y critica de manera directa cómo su colega Kohan se expresa al respecto. 

¨Creo que lo que tendría que haber hecho es no responder. Me parece ofensivo que alguien tenga ideas tan claras sobre algo que no entiende. A mí muchas personas me traen al consultorio interrogantes sobre la responsabilidad afectiva. Del ghosting (mantener un vínculo sexoafectivo con alguien durante un tiempo determinado y luego desaparecer por completo sin dar ninguna explicación) hay que hablar. La idea es poder hacerte cargo de lo que vos decidís con respecto a tus vínculos amorosos. No se trata de no responder un mensaje o clavarte el visto, va más allá. La responsabilidad afectiva tiene que ver con ser consecuente, y honestes con lo que hacemos y con lo que decimos¨, explica. 

En la misma línea, Cassouto sostiene: ¨Si hoy en día se empieza a plantear y a reclamar a los varones una responsabilidad afectiva mayor, no es porque sean los únicos que la tengan que ejercer sino porque históricamente, desde el no ejercicio de la responsabilidad afectiva, los varones han hecho y hacen muchísimo daño¨.

¿El amor duele?

Una de los pilares de la lucha feminista es cuestionar la forma en la que nos relacionamos sexoafectivamente con el mundo. Por qué nos vinculamos de esta manera y no de otra. Además de que esta sociedad nos destina a la heterosexualidad como única posibilidad, también nos reitera que si tu pareja te cela, es parte del amor. Que si ejerce violencia sobre vos es porque algo habrás hecho y eso también es parte del amor, que si estás enamorade de tu pareja tenés que bancarte todo porque de eso se trata el amor. 

Cuando los feminismos dicen una y otra vez que el amor no debe doler, la lectura de esa frase debe hacerse con, inclusive, una lectura política. Se refiere a un dolor generado por otra persona adrede. ¨Obvio que el amor duele. Nos duele porque tenemos expecativas que son diferentes a lo que sucede después, pero no va por ahí. Cuando decimos que el amor duele hablamos de violencia. Es importante que, como psicólogas, conozcamos la ley 26485 (de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres) y empecemos a entender las sutilezas de la violencia psicológica¨, explica la especialista.

Es que sí, hay un dolor que es típico. Extrañar a la otra persona, el dolor de un duelo, de algo que ya se terminó, de las expectativas, pero la violencia es otra cosa. ¨Me parece que es importante que, como profesionales, podamos verlo porque sino en vez de reducir el padecimiento de la pacienta, lo aumentamos. Es muy peligroso ese discurso¨, se preocupa D´Alessio. 

¿Amarnos ante todo?

Como señalé al principio, el artículo habla de muchísimas cosas y cada una de ellas amerita una nota aparte, así que haremos un recorrido rápido sobre algunos de los temas que resulta urgente destacar e intentar aclarar. Respiro profundo y escribo el siguiente: el amor propio.

El amor propio, otra de las consignas del feminismo que es muy discutida y debatida dentro y fuera de él. En una cultura que durante siglos nos enseñó a ser sombra, a estar calladas, a ser sumisas y, por sobre todas las cosas, nos prohibió la potestad del no, alimentar nuestra autoestima e intentar respetarnos siempre, es una necesidad. No es la única y el cambio no sirve si solo es individual, pero es clave a la hora de poder salir de muchas tristezas y traumas que esta sociedad, de la cual formamos parte, nos impone por el simple hecho de ser mujeres o disidencias.  

En el artículo, Kohan sostiene que el  ¨discurso¨ del amor propio le suena a propiedad privada y que si nos queremos demasiado no dejamos lugar para otra persona en nuestra vida. Aquí, nuevamente, la psicóloga D´Alessio hace un parate e indica: ¨El amor propio es súper importante y no tiene nada que ver con el amor que puedo recibir de otra persona. El amor propio en sí no es malo, es amor.¿Cómo puede estar mal que yo me quiera? Lo que está mal, en todo caso, es no aceptar criticas. Ella plantea que ni siquiera vos sos de tu propiedad y eso es una locura. ¿Cómo puede ser que se sostenga que yo no soy de mi propiedad porque digo que otra persona no es mi propiedad? Yo me amo muchísimo a mi misma, soy mía y de nadie más. Kohan cuestiona una de las frases feministas más importantes de todas las olas, ´mi cuerpo mi decisión´. Yo soy la propia soberana de mi cuerpo y nadie más lo es y eso tiene que quedar muy claro¨, indica.

Con respeto a eso, Casosouto agrega: ¨Más allá del eslogan, porque entendamos que todos los movimientos políticos lo tienen y es una desición de ella como profesional quedarse con lo que el simplismo de la frase indica o lo que en realidad subyace detrás, el amor propio parte de una propuesta identidaria que no este tan impuesta por el otro. No quiere decir que la mirada ajena no nos atraviesa, pero la idea es poroponer que esas miradas sean más amables con nosotras. Y, además, que empiece a pesar también nuestra mirada, porque cuanto más nos atenemos al deber ser, menos nos conectamos con nuestro propio deseo¨. 

SI NO ES SÍ, ES NO

Otro de los pilares feministas a los que se refiere la nota, es sobre la negativa hacia una propuesta sexual. Este es, creo, el análisis más importante de todo el artículo porque el discurso de Kohan es sumamente irresponsable. 

¨No entender que hay un condicionamiento social hacia los varones de no registrar el limite del otro y que mucha de la identidad hegemónica de los varones pasa por la imposición de la voluntad del otro es terrible. En ese mismo sentido, se necesita hacer una reformulación de los patrones identiditarios de varones y de mujeres. Hasta que no se revise de fondo el rol sumiso que cumplen las mujeres, por ejemplo, dentro de la sociedad, se seguiran reproduciendo los mismos patrones. La masculinidad hegemónica tiene mucho de doblegar la voluntad de los otros, no podemos caer en el reduccionismo de que el otro siempre va a saber cuales son los limites y cuándo los límites no son en serio¨, explica Cassouto.

En esa misma línea agrega: ¨Así como en su momento lo hizo Simone de Beauvoir cuando los únicos que analizaban nuestros límites eran los hombres, hoy estamos en un momento historico. Hoy las mujeres expresamos, por primera vez, los propios límites. Hoy las mujeres y disidencias expresan qué quiere decir que ese no es no, qué quiere decir que se sientan abusadas y no que venga otro a decirles qué es sentirse abusada y que no lo es. Por supuesto que dejar de consumir varones abusadores en el mundo de la música, por ejemplo, es un acto político. Historicamente la masucilindad hegemónica no tuvo consecuencias de sus actos. Hasta ahora¨.

Como final de este extenso análisis, es fundamental volver a aclarar que en un país en donde una mujer muere cada 30 horas y en donde el 70% de los asesinos eran pareja o ex pareja de las víctimas, poner en cuestionamiento que no existen tales diferencias, es un peligro. Ignorar la violencia de género en un artículo así y adjudicarlo simplemente a una relación de a pares, es gravísimo. La violencia machista no pasa por simples irresponsabilidades afectivas que las mujeres aceptan o no aceptan. No se trata de voluntarismo, es un sistema que oprime y que desde hace siglos nos dice y demuestra que nosotras no tenemos, a cualquier costo, otra escapatoria que un marido que nos salve.

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