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Poly Sallustro y el amor por la música más allá de Maia en "Floricienta"

La artista dialogó con Filo.News sobre su historia, sus influencias a la hora de componer, su paso por la televisión, cómo atraviesa la pandemia y lo que se viene a futuro. Spoiler alert: en todo está su pasión por componer y dejarse llevar.

Poly Sallustro y el amor por la música más allá de Maia en "Floricienta"
Entrevista (Foto: Instagram @polisallustro)

La imagen de su abuela tocando el piano. Flashes de partituras que componen el sonido de su familia, de su infancia, de melodías escritas con su papá y sus hermanos que marcarían su vida para siempre. El amor por la música corriendo por las venas, cual río que no tiene fin. Hasta el día de hoy, Poly Sallustro lo deja fluir. 

“Mi viejo es italiano y parte de mi familia es paraguaya. Absorbía un poco todo lo que escuchaba a mi alrededor. Había como una mezcla de distintas partes del mundo”, confiesa la artista, en diálogo con este medio. Esa fusión estaba cruzada por Frank Sinatra, Mozart, Beethoven, que la impulsó a comenzar a tomar clases a los 7 años. 

“Era como que ya sabía que me iba a dedicar a esto, es muy loco. Lo empecé a hacer desde siempre; pero cuando me empecé a dar cuenta de que eso podía ser real, sucedió”, recuerda. Y así fue: comenzó a explorar un camino que la llevó por el canto, el teatro, la dirección cinematográfica y también, claro, la actuación.

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Su camino frente a la pantalla inició como Agustina Laumann en “Rebelde Way”, la tira juvenil creada por Cris Morena. Pero fue su trabajo como Maia lo que la coronó en la televisión de todo el país. Un personaje que, 17 años después, vuelve a protagonizar las tardes de Telefe en el reestreno de “Floricienta”.

“Me genera alegría, cariño, una nostalgia linda recordar esos momentos con los chicos. Ahora hace poco me encontré con Maida (Andrenacci), una gran actriz con la que trabajaba en la novela y hablamos de todo. Es lindo verlo. Me genera como amor, una mirada a mi niña, como si yo la viera de más adulta, mirando una niña jugar y divertirse, recuerdo las emociones que tenía en el set, la admiro desde ese lugar”, confiesa sobre el programa que triunfó en Latinoamérica, Europa e Israel.

En la historia Maia era la única mujer de las hermanas Fritzenwalden, junto a Federico (Juan Gil Navarro), Franco (Benjamín Rojas), Nicolás (Nicolás Maiques) y Martín (Agustín Sierra). Desde su estreno no paró de romper récords en rating; sin embargo, la novela fue creada en 2004 y en 2020 no encontró el mismo contexto. 

Es por eso que en redes sociales hizo ruido la representación del personaje de Maia, quien a sus 14 años tenía una relación romántica con “Matute” (Esteban Pérez), diez años más grande que ella. Aunque en ese momento la diferencia de edad no llamó la atención, bajo los lentes violetas por el reestreno encendió las alarmas.

“Creo que hoy en día no aparecería esto en un guión, me parecería como algo que no está bien. No solo por un tema de celos del hermano sino por un tema social. Pero claramente lo que se escribía hace 15 años no es lo que se escribe ahora, eso pienso”, dijo Sallustro a Diario Show. 

Desde la mirada de hoy, Poly confiesa que tiene “muy poco en común” con su personaje: “Yo soy mucho más tranquila, tengo otra parsimonia, Maia lo sentía al 200%. Me divertí, tenía su locura”, dice. Mientras tanto, día tras día su casilla se llena de mensajes: “La mayoría ya lo vio. Y ahora lo están volviendo a ver, muchos mensajes con mucho cariño”, afirma. 

Si algo unió a Maia y a Poly fue nada más ni nada menos que la música. En la novela podemos ver cómo Maia encuentra su vía de escape a la realidad y su pasión en el piano, algo que va mucho más allá de la ficción: “Me sentía como en mi casa porque terminaba de grabar y seguía tocando", dijo a Teleshow. Esa chispa siguió creciendo hasta que encendió el fuego en su interior: "Estaba siendo feliz, pero me faltaba algo: lo más puro y espiritual, que era la música para mí. Me puedo quedar sola en este universo con un piano y soy feliz”, siguió para ese medio.

Es que Poly se define como “música de pura cepa”. Aunque luego continuó con trabajos como “El Patrón de la Vereda” (2005) con el personaje de Catalina y con participaciones especiales en “El refugio” (2006), “Casi Ángeles” (2007), “Los Únicos” (2011) y en obras de teatro, en 2012 empezó a preparar su primer disco, “Volando” (2013) -nominado a los Premios Gardel en la categoría “Mejor Álbum Nuevo de Artista Pop”. 

Ese año tocó junto a la actriz, comediante y cantante estadounidense Liza Minnelli en el Estadio Luna Park, donde presentó los temas producidos por Tweety González. Siguió con “Salvajes” (2018) con un pop más explosivo y bailable desde “Hey” a “Brujería”.

Poly le canta al amor en “Lo prohibido” o “Aprendí”, al empoderamiento femenino en “La Benjamín” junto a Lelé o a la separación en “Bla” y “Fuego en el mar”. "De repente, me gusta hacer algo más popular y por otro lado, me transformo y canto boleros como una loca enamorada. Tengo esas dualidades muy marcadas", contaba a Infobae. 

“Me di cuenta que esto es lo mío”, dice Maia Fritzenwalden, el personaje al que le dio vida en “Floricienta”, sentada en el piano. En realidad, la que hablaba entre líneas era Poly, que se daba cuenta de que quería dedicarse a la música a tiempo completo. Y así fue. 

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“El día gris, estómago vacío, escucho aún el eco del latido, busco el por qué, la vida no se hace entender”; con esa frase comienza “Para la eternidad”, el nuevo tema de  Poly que estrenó a finales del 2020 pandémico. Una canción, pero también mucho más que eso: la valentía de ponerle palabras al dolor a la pérdida del embarazo y abrazar a quien lo escuche del otro lado.

Todo comenzó una noche cuando su pareja Diego Lichtenstein, productor, DJ e integrante de la banda “Tan biónica”, le compartió una secuencia de acordes. Sin pensarlo, cual catarsis, esbozó unas palabras, empezó a cantar; en 3 minutos había transformando la angustia en melodías eternas. 

“Fue un trabajo interno fuerte, fue algo que me pasó que que sufrimos mucho. Personalmente me costó mucho atravesarlo, pasaron meses y meses y esto lo compuse de la nada, yo creyendo que tenía las cosas resueltas y realmente me fue muy duro. Después un poco la pregunta era ¿la saco a la luz o no la saco a la luz? era tan íntimo, tan personal que genera miedo contarlo; es todo una incógnita, no entiendo porque me hace vivir esto la vida; pero necesitaba sacar eso porque me estaba ahogando. Una vez que decidí sacarla tomamos la decisión de producirla con Diego”, recuerda Poly.

Simple, frágil, transparente. Así definió la cantante al single, que ya cuenta con más de 19 mil visualizaciones en Youtube. Pero llegó más allá que los números: recibió mensajes con historias y experiencias similares, de quienes con la canción pudieron encontrar una puerta de sanación, de conexión con lo más profundo, como le pasó a ella.

“Hoy entrego esta canción al mundo, porque a medida que cuento mi historia me doy cuenta que muchas y muchos hemos atravesado este inmenso dolor que trae la pérdida de un embarazo. Nos da miedo que se sepa, nos preguntamos qué pasa con nuestro cuerpo, hasta nos sentimos culpables y nada de eso ayuda. Ayuda hablar, ayuda confiar en los tiempos de la vida, ayuda abrazarte y dejarte abrazar. Esta canción pertenece a todas las personas que atravesamos esto. La gente toma como propia la canción, yo les escribo y les digo esta canción es suya también, es de todos nosotros”, dice la artista. 

"Esta canción pertenece a todas las personas que atravesamos esto", dice Poly.

Ella tocando el piano. Sentada en la bañera, mirando por la ventana. “Vuelve, vuelve a mi, pequeña criatura, tan llena de dulzura, que mis brazos te aman”, canta íntima, emocionante, pensativa, rodeada de la naturaleza. El video fue dirigido por la directora Belén Arana, amiga de la infancia de Poly, con un equipo integrado en su mayoría por mujeres.

“Para mi amiga fue un desafío también, pensá que vivió cada instancia de lo que pasó conmigo, también lo vivió en carne propia. El equipo de producción fue zarpado, la verdad es que cada integrante puso todo de sí, mucho amor, mucho respeto, en el set fue duro, por momentos se tuvo que parar el rodaje, costó mucho sostener el llanto, y bueno y se logró, se hizo, y la verdad es que estoy muy agradecida y contenta”, evaluó Poly.

Según define, la canción fue un proceso natural, espiritual y único para llevar un mensaje: “Me pasa mucho que cuando la interpreto todavía me quiebro, porque toca una fibra. Confío en que todo es por algo y que todo fluye, ese ser tomó otro rumbo. Amor mío, agradezco el aprendizaje y te dejo ir...".

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Abrir el alma en una canción, vivir por y para la música. Cuando no está trabajando en su disco, que afirmó que será publicado en los próximos meses, Poly ocupa su tiempo como productora y compositora de grandes artistas.

“Acá estoy, trabajando, tranquila, y también disfrutando la naturaleza, tratando de compartir un poco todo”, dice la artista, que se define como “amante de la Pachamama” para sus 108 mil seguidores en Instagram. En ese canal, también, se muestra como un espejo, con sus aprendizajes, reflexiones y debates que la movilizan día tras día. Entre ellos, los estándares de belleza. “¿Qué es lindo? ¿qué es feo? ¿cómo debería ser nuestro cuerpo?”, se pregunta.

Foto: Gentileza prensa

“Para mi las redes son algo muy personal. No soy influencer y tampoco lo veo desde ese lugar, transmito lo que me pasa, creo que se puede  llegar a ayudar a los demás. Por estar en la TV por momentos me han pedido que baje de peso, tuve exigencias que no me hicieron bien”, dice a este medio y agrega en internet: “Hoy abrazo a la Poli del pasado que luchó por llegar a un cuerpo que no le era propio y respiro, me abrazo y respiro. El cuerpo es un envase que transporta un alma hermosa que sos vos, cuídalo”. 

Todo esto, como todxs, lo está viviendo en medio de una pandemia. Según cuenta, en 2020 planeaba mudarse a Estados Unidos, para ir a componer con otros artistas; sin embargo, tuvo que posponerlo para este año. “Esperemos que todo se calme, que la pandemia sea algo del pasado. Hay que cuidarse, el tema es que es difícil, es mucha responsabilidad social”, analiza.

Mientras tanto, sigue con el mismo objetivo; conectar con la naturaleza, con otrxs, consigo misma, a través de la música. Como finaliza: “Creo que un poco la música es eso, es un poco espiritual lo que voy a decir, pero es importante quitarse el ego; a a mi me baja la información para componer, y una vez que saco la canción le pertenece a la tierra".

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