La primera jornada del festival que tras 9 años regresa de manera presencial dejó un highlight tan elevado como inesperado. El cruce de Damon Albarn con Mateo Palacios AKA Trueno sobre el escenario avivó la chispa del argentinismo y esperanzó al público: ¿qué otras cosas se podrán venir?

El predio de Tecnópolis es la sede elegida para esta vuelta que como particularidad tiene variedad de géneros (además de rock, indie, pop y música urbana), renovación del público y muchas vueltas, debuts y nuevas bandas de artistas que ya se han presentado en ediciones anteriores.

Los escenarios son 5 y afortunadamente no se pisan en cuanto a sonido. Quilmes y Rock son los principales. Están pegados y cuando un artista termina de tocar, empieza el otro al lado. ¿Lo malo? El campo fan, una suerte de campo VIP (el sector más cercano al escenario) que en vez de acercar, aleja al público muchas veces más eufórico que no llega a pagar ese abono.

De todas formas, por lo que se vio y contaron los propios artistas, los espectadores siempre escucharon con respeto música que no conocían o no tanto. Mucho de la primera jornada se trató de eso: artistas nuevos o emergentes, o simplemente nuevos en la grilla del festival, abriéndose paso a un público distinto. De eso también se trató una de las consignas que fuimos proponiendo desde Filo.news en las entrevistas.

A medida que pasaba la tarde y tocaban Florian, Ráyos Láser, Valdés, Airbag y Clara Cava, el predio se llenaba cada vez más y más. Le tocó a Virus despedirse (con un número épico junto a Benito Cerati), a Conociendo Rusia lanzarse a un público más variado y a Eruca Sativa romper todo como siempre. 

Del otro costado del Río de La Plata tuvimos a Cuarteto de Nos, que cerró con la increíble "Yendo a la casa de Damián" y ya hacia el cierre, los clásicos de Las Pelotas coparon la noche.

Trueno, que había tocado en el escenario Rock pasadas las 21hs y con ese show despedido su álbum debut "Atrevido", terminó regresando horas después para algo que nadie esperaba: freestylear sobre "Clint Eastwood" de Gorillaz.

A todo esto, el show de la banda británica venía destacándose por sí solo. Las visuales, la puesta en escena, el histrionismo de su frontman y la manija del público argentino hicieron de ese el mejor recital de la noche sin dudas.

Hitazos o no, las canciones de Gorillaz hacían que la gente quiera interactuar con ellas. Mientras Damon Albarn se tiraba al público, se ponía máscaras o la bandera argentina encima, los presentes deliraban ante semejante show y pedían más. Nadie se esperaba que ese más incluía un artista local.

Sobre la melódica de Damon, Trueno se animó a improvisar y hasta mencionó a Damas Gratis durante ese momento. El final de la primera jornada fue definitivamente ese, otro instante que sin dudas se sumará a la ya larga lista de momentos históricos del Quilmes Rock.