Pablo Ventura, el remero acusado falsamente por los rugbiers imputados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, declaró esta mañana en la tercera audiencia del juicio por el crimen del joven. "Los vi una o dos veces y vi que ellos no me podían ver a la cara", contó.

En diálogo con la prensa que aguardaba fuera de los Tribunales de Dolores, Ventura reiteró que aún no entiende por qué lo implicaron en el hecho. "Yo nunca les hice nada (...) Los conocía simplemente de vista, pero sabía que él (por Lucas Pertossi) hablaba mal de mí", aseguró.

A lo largo de su declaración, relató, le mostraron una serie de chats que mantuvo con sus allegados los días posteriores a su detención. Vale mencionar que el remero estuvo detenido cuatro días, antes de ser liberado tras demostrar que la madrugada del 18 de enero -cuando ocurrió la golpiza contra Fernando- él se encontraba en Zárate con su familia.

"Me encantaría tener una explicación de por qué me nombraron", insistió. Y apuntó: "Es muy de cobarde nombrar a alguien cuando fuiste vos el que lo hizo". A día de hoy, en el expediente no se especifica quién fue el que involucró a Ventura cuando la Policía fue a la casa donde se alojaban los imputados.

"Fue un gran alivio declarar", manifestó, al tiempo que pidió justicia.

A la salida de los Tribunales, también habló con los periodistas su padre, José María, quien marcó una diferencia entre los "asesinos" y los "cobardes" que implicaron a su hijo en un hecho en el que no tuvo nada que ver.

"Para mí, van a seguir siendo diez. Ocho pueden ser los asesinos, pero los realmente cobardes, son diez", subrayó, replicando lo que declaró minutos antes frente al Tribunal.

Las dos personas que José María agrega a la lista son Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino -sobreseídos-, ya que, sostuvo, los diez estaban presentes en el momento en el que uno del grupo mencionó a Pablo.