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La soledad de Lucio Dupuy y un sistema lleno de fallas

El caso del menor asesinado por su madre y su tutora genera repudio y debates incómodos sobre el maltrato en las infancias. ¿Las mujeres también son violentas? ¿Por qué nadie pudo detenerlas? ¿Cómo se abordan casos así? En esta nota, algunas respuestas.  

La soledad de Lucio Dupuy y un sistema lleno de fallas

El 80% de los abusos en las infancias sucede dentro del ambiente intrafamiliar. El 86% de esos abusos son cometidos por varones, razón por la cual la justicia muchas veces elige la casa materna como el ambiente “menos riesgoso” para las infancias.

No es el único motivo. Socialmente, se vincula a las mujeres con el cuidado; de hecho, según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los varones viven entre cinco y ocho años menos por esta razón. 

Cuando hablamos de maltrato infantil, el panorama es más complejo aún. La Defensora de niños, niñas y adolescentes de la Nación, Marisa Graham, asegura que sólo el 65% de los agresores familiares son varones. La cifra crece ridículamente cuando hablamos de abusos: el 86%.

El caso de Lucio Dupuy conmovió a todo el país. Sin embargo, no es un hecho aislado: según un estudio de UNICEF, siete de cada diez niñes en la Argentina padece violencia en el hogar. El maltrato infantil es una problemática compleja, cuyas causas y variables son muchas y, en general, se abordan mal.

Desde los medios de comunicación hasta en las redes sociales, cuando un niñe es maltratado o abusado no se lo protege como corresponde. Detalles morbosos para aumentar la empatía exponen a las víctimas y agravan así la violencia.

Para poder hablar del tema, entrevisté a Ileana Contrera ( @lazonatal), psicóloga infanto juvenil y a la abogada Aldana Prost, especialista en abusos en las infancias. ¿Qué pasó con Lucio? ¿Cómo detectar que un niño o niña está siendo maltratado? ¿Cómo una madre puede ser tan cruel?


El instinto materno son los padres


No necesariamente todas las mujeres tienen que maternar y no necesariamente todos los niños y las niñas están bien con su madre. La gran mayoría lo está, lo dicen las encuestas, pero no tenemos que partir como siempre sí o sí de esa premisa”, sostiene la analista.

Es que sí, como los números lo indican, la tendencia ubica el hogar maternal como el más propicio. Socialmente las mujeres son quienes se encargan del cuidado y muchas veces eso sucede, entre otras cosas, porque los padres abandonan el hogar. También está comprobado que el instinto que se le adjudica a quienes son uteroportantes no existe, por ende, la garantía de amor, respeto y salubridad en las infancias al cuidado materno, tampoco.

Queda claro con el caso de Lucio. Sus tutoras cometieron atrocidades, eran mujeres y además se proclamaban feministas. Combo mortal a la hora de hacer un análisis con perspectiva de género.

“Desde siempre escuchamos que ser feminista pareciera ser visto como una incitación a la violencia contra el género masculino. Esta afirmación, que muchas personas sostienen como una verdad casi irrefutable, no resiste el más mínimo análisis. Tener una postura tomada en relación a ciertos temas  o una forma de ver el mundo acorde a ciertas vivencias no nos hace ni buenas ni malas personas ni nos hace violentas con los varones. Me parece una locura tener que aclarar esto en el 2023”, sostiene la letrada.

Aún así, es interesante postular a la maternidad como concepto incuestionable de amor y éste caso un buen punto de partida. “Es un sistema que sostiene la idea de que las mujeres nacieron para maternar. Entonces aparece esta idea de que todo niño está siempre bien con su madre y esto no siempre es así y ese no es el lugar en donde nos tenemos que parar para poder intervenir”, explica la psicóloga.

Por su parte, la abogada sostiene: “Si bien es cierto que en la mayoría de los casos que tengo oportunidad de abordar los agresores son varones, también es un dato empírico e irrefutable que ninguna causa de familia es igual a la otra. Ninguna estructura familiar es igual y he tenido también casos en que son las mamás quienes ejercen violencia contra sus hijas e hijos. Choca mucho más eso, claramente porque social e históricamente nosotras hemos tenido asignado el cuidado. Pero entiendo que la violencia contra las personas menores de edad es repudiable la ejerza quien la ejerza. Porque las víctimas son seres que no pueden defenderse ni tampoco pedir ayuda con facilidad y que, con suerte, pueden acceder a un espacio en que estén lejos de quien los agrede”.

La indefensión es total   

El maltrato en las infancias existe y les niñes en la mayoría de los casos no encuentran lugar para poder hablar de lo que les pasa. Muchas veces tampoco tienen las herramientas necesarias para denunciar la violencia vivida.

Es casi imposible que un niño sin un entorno que entienda y que preste atención a las alarmas, pueda salvarse solo. “Los niños y las niñas van a contar lo que estén viviendo a quienes consideren personas de su confianza. Por eso es importante que tanto las escuelas como los centros de salud estén alertas, que quienes trabajan incluso en territorio con infancias y adolescencias presten esa atención y denuncien las situaciones que esas personas están viviendo en sus casas. Obvio que la mera denuncia no es suficiente. Lo que viene después es complejo. Por eso es importante poder brindar contención en los momentos posteriores y en el proceso que se genera con ese develamiento de una situación de violencia, del tipo que sea”, sostiene Aldana.

“Me voy a detener en el sistema de salud porque es de donde trabajo hace más de 15 años. El sistema de salud falla y falla muy fuertemente. Estamos hablando de un chico que entró en un período muy corto de tiempo muchas veces por guardias pediátricas con traumatismos. Esto tendría que haber sido una alarma. Si yo parto de la idea de que todo niño está bien con su madre, entonces a mí nada de esto me hace ruido, pero como profesional tengo que correrme de ese preconcepto y mínimamente dudar sí el niño ingresa muchas veces en cortos períodos con politraumatismos. No es nuestra función como personal de salud investigar porque no estamos ahí para investigar, pero sí es nuestra función y nuestra responsabilidad dudar y acompañar hasta que los organizamos del Estado que velan por los derechos de las infancias estén presentes”, finaliza la psicóloga.

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