Su nuevo álbum Mala Sangre está en todas las plataformas con millones de reproducciones  J Mena rompió la escena con un esperado regreso de 12 capítulos cargados de emociones. "El disco lleva mucha genética mía. Mucha verdad de quién soy. Lo sentí muy vinculado con mi sangre. Y hay una maldad también en el sufrir del amor", dice la cantante y actriz.

Mala Sangre

"Tuve una vida intensa de chica con una historia familiar compleja, un padre complicado. Creo que soy una persona muy positiva, de ver el vaso lleno, de ver las cosas buenas y tirar para adelante.  Mala Sangre, que queda bastante clásico y bastante poco parecido a lo que deberíamos haber hecho, a la vez me pareció una palabra como medio campera. Tenía todo esto de San Emilio, donde yo busqué grabar la casa de mi abuela, de mi bisabuela. Era una cosa medio antigua, la mala sangre y también encerraba, como el concepto de que la sangre y el amor y sufrir te vuelve un poco mala también. El disco lleva mucha genética mía. Entonces estaba muy vinculado con la palabra sangre. Y hay una maldad también en el sufrir, en el amor, que después hay que recuperarse de eso, porque como te pasás de rosca tampoco es un buen lugar para instalarse. Pero me gustaba. Y el disco la verdad que fue un proceso de mucha mala sangre también".

Sus comienzos como actriz

"Momo cumplió 9, la edad que yo tenía cuando arranqué a trabajar. Eso fue un disparador fuerte. Lo del Faro fue una locura. La verdad es que había recién empezado a estudiar teatro y de curiosa... que había hecho taekwondo, cocina, crochet, todo lo que había para hacer. Me interesaba y lo quería hacer, pero caí a teatro con algo más. Sentía que lo tenía en la sangre. Tenía compañeros brillantes. Había un casting para una película y me dijo que vaya, por lo menos para tener la experiencia. Nadie daba dos mangos, ni yo. Pero tenía una corazonada muy grande. Hice una escena llorando desconsoladamente y me gané el ticket para hacer la película".

La relación con su padre

"Mi papá era un artista muy talentoso, pintor, director de arte de Pol-Ka. En su momento se fue a las puteadas, se peleó con Adrián Suar, un carácter de mierda... No entré por él, claramente. Él hizo muchas cosas mal. Yo tenía mucho pedido de explicación, lo extrañaba y quería ver si me estaba perdiendo algo... si era un tipo que valía la pena dejar cosas atrás para aprovecharlo o si era alguien con el que no tenía nada que ver y mejor que no esté en mi vida. Pero me pasó que lo quería mucho, que me encantaba estar con él y ahí recuperamos el vínculo. Pero en un momento me mintió y volvió ese enojo muy grande. Dos años antes de morirse, él me empezó a avisar que se iba a morir y me decía que quería ser abuelo... Cuando Momo nació estábamos en Europa y viajábamos, íbamos y veníamos, hablábamos a la distancia. En el último viaje, llegué con él medio a las apuradas y después de una charla demasiado profunda en el auto. Cuando llegué a la ventanilla de Alitalia, la chica me dijo que me tranquilice que el avión me esperaba, que iba a poder viajar. Yo estaba llorando con mucha angustia, pero en realidad estaba así porque no me quería ir. Me angustió más que me tranquilice diciéndome que me iba a subir al avión. Fue rarísimo. Y esa fue la última vez que vi a mi viejo. Pero bueno, fue abuelo, las cosas quedaron bien y tuvimos una muy buena última charla".

Su vínculo con los hombres

"Por mi historia con los hombres, me tuve que endurecer porque me lastimaron mucho. Hay algo de mi vínculo amoroso, muy parecido al vínculo con mi papá... De hecho, después elegí un papá para mi hijo bastante similar. Exacto el molde. Es lo que conocía y reconocía como amor, como el gran hombre de mi vida. Y hay un patrón. Fui muy ingenua".

"Para sentirme útil en una pareja, en ese entonces, tenía que ser necesitada. En esos vínculos donde hacen cosas, se mandan cagadas, te piden perdón y te dicen que te necesitan... Es una cosa muy tóxica. Yo no soy ni celosa ni soy una persona que maltrata, ni soy una persona que insulta, pero me la bancaba porque esa persona necesitaba mi ayuda. Entonces yo podía estar en una relación si necesitaban mi ayuda. Pero una persona que estaba joya... '¿yo para qué estoy?', eso es lo que me pasaba. Obviamente, si solamente te maltratan no te quedás. Si la persona tiene la capacidad de pedirte perdón, siempre me tenés alquiladísima. Llegué a criar un hijo sola, vestirme de cierta manera, no trabajar porque no podía".

Si vamos a la caja negra de su vida, ¿cuál es el momento que lo convierte en la persona que es hoy?: "El Faro, absolutamente. No hay dudas. Pasé de ser una piba que estaba en el colegio, de nueve años, a hacer un personaje muy importante con los mejores actores argentinos".

Hacia el final de la entrevista se abre la caja negra. Comienza un desafío inesperado. Semana a semana una figura se someterá al living para dialogar y reflexionar. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?