En el este de Canadá, precisamente en las provincias de Quebec y Ontario -en dónde se encuentra la mitad de la población del país-, una fuerte tormenta de hielo causó la muerte de dos personas junto a destrozos en la red eléctrica y numerosos daños materiales.

El peligroso temporal comenzó el miércoles pasado, y consistió en ráfagas de vientos helados y fuertes lluvias que derribaron postes eléctricos y afectaron notablemente los hogares de los ciudadanos canadienses, con destrozos visibles en Montreal, una de las ciudades más afectadas.

"Es un momento muy difícil... el corte de energía para tanta gente, los árboles cayendo, lastimando edificios, autos y demás, es por supuesto una preocupación constante", declaró Justin Trudeau -primer ministro canadiense- al respecto. Además, en sus redes sociales pidió a la población de Quebec y Ontario que permanezcan en sus hogares. "Estamos aquí para ayudar según sea necesario. Nos aseguraremos de que -las cuadrillas- tengan lo que necesitan para seguir progresando", comentó.

Hoy por la mañana, según los últimos informes, alrededor de 110.000 personas continuaban sin luz en Ontario, mientras que poco menos de un millón sufrían la misma situación en Quebec. De este modo, tras el aviso de que la restitución de la red eléctrica podría durar varios días más, los ciudadanos podrían afrontar el Domingo de Pascuas a oscuras debido al extenso apagón.

Debido a la caída de árboles como consecuencia de los amenazantes vientos, dos personas perdieron la vida en las dos provincias más pobladas de Canadá. Marc Sutcliffe, alcalde de Ottawa, advirtió también que "algunas zonas siguen siendo peligrosas debido a los escombros caídos y los cortes de energía que afectan las señales de tráfico".