Griselda Blanco, periodista de la Ciudad de Curuzu Cuatiá, al sur de Corrientes, fue hallada por un familiar sin vida en su departamento. 

Al principio la noticia transcendió como suicidio, pero luego los investigadores confirmaron la presencia de golpes en su cuerpo y rastros de sangre en el piso. Por lo que no descartan que haya sido torturada y asesinada previo a ser colgada. 

Su hijo, Lautaro Cesani, manifestó en su cuenta de Facebook que esto no es un caso de suicidio y pidió justicia por su madre:

"Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron... Hoy fue nuestra madre y mañana puede ser cualquier persona de esta ciudad. Todo va a salir a la luz. Pedimos justicia por qué es lo que ella hubiese querido y lo que se merece. JUSTICIA POR GRISELDA BLANCO".

La noche anterior a su fallecimiento, la periodista había hecho un vivo en su Instagram denunciando el abuso a una joven con discapacidades. A su vez, un comisario la habría amenazado.

Desde la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa comunicaron su dolor ante la muerte de Blanco y además manifestaron que ella venía denunciando mala praxis en el hospital local como así también al poder político y policial. 

En su cuenta de Twitter, la Federación informó que el secretario general de la Asociación de Periodistas de Corrientes (APC), Atilio Ramírez, se encuentra en la ciudad de Curuzu Cuatiá interiorizándose de la marcha de la investigación. 

A su vez, comentaron que se comunicaron con la fiscal, Maria José Barrero, quien confirmó que la causa fue caratulada como "Homicidio" y se declaró el secreto de sumario.