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Eutanasia legal: las resistencias de morir dignamente

Si bien en año electoral el debate tardará en llegar, varios proyectos para aplicar la eutanasia ya tienen curso. ¿De qué se trata la muerte medicamente asistida? ¿Quién podría acceder a este derecho? Para entender, entrevistamos a una especialista en cuidados paliativos. 

Eutanasia legal: las resistencias de morir dignamente

En nuestro país no existe la eutanasia pero sí una ley que le permite a los y las pacientes decidir no reanimarse. La Ley de Derechos del Paciente, aprobada en 2009, y modificada en 2012, permite a toda persona elegir sobre el tratamiento que recibe o decidir no hacerlo. 

Aún así, si lo que necesitás o buscás es terminar con tu vida de forma legal, las posibilidades son nulas. El debate de una eutanasia permitida lleva muchos años gestándose al rededor de proyectos que no llegan a resolverse pero quienes militan por este derecho no se rinden. 

Viviana Bilezker es psicoterapeuta humanista, docente y formada en cuidados paliativos y la entrevistamos para tratar de entender a cuánto está Argentina de acceder a una intervención deliberada para poner fin a una vida

"Eutanasia significa literalmente buena muerte o bella muerte. En la práctica implica que un profesional de la salud le suministra a una persona una determinada intervención terapéutica a través de drogas para provocar la muerte", explica la especialista y agrega: "Lo que existe es el derecho a solicitar el retiro del soporte vital o el derecho a negarse a un tratamiento de cualquier tipo sin que medie justificación alguna y por lo pronto generar las mejores condiciones para que la muerte suceda evitando toda obstinación, terapéutica o encarnizamiento terapéutico".

Alguien tiene que decidirlo

La muerte digna permite que se termine el sufrimiento de una persona que atraviesa una enfermedad que no tiene cura. Cuando esa persona no pensó, no expresó ni dejó por escrito la determinación, es su familia la que debe deliberarlo.    

"Cuando una persona se encuentra en una situación de imposibilidad de comunicación va a decidir la familia o el sistema asistencial, por ese motivo existen también dispositivos que previenen esta situación que son las directivas anticipadas. La ley habilita que toda persona mayor de edad en condiciones cognitivas de aptitud redacte directivas anticipadas en las cuales deja por escrito todo aquello que desea o no desea que le sea hecho en el caso de no poderse comunicar por su condición biológica o cognitiva", sostiene Bilezker.

Las diferencias a la hora de tomar la determinación pueden ser muchas, pero es la ley la que intentará regularlo. "Es un gran desafío, primero porque si no hubo conversaciones previas puede haber diferentes puntos de vista y los puntos de vista muchas veces tienen que ver con las creencias de las personas con dificultades para aceptar la situación, para despedirse. Puede haber discusiones incluso y muchas veces estas situaciones terminan judicializadas. La idea es tratar de evitar esto para que ni la familia ni el entorno asistencial sufra o se encuentren en una situación de desafío difícil de afrontar", indica la entrevistada.

Qué implica ponerle fin a la vida

El suicidio asistido es legal en varios países del mundo: Austria,​ Bélgica,​ Canadá,​ España,​ Luxemburgo,​ Nueva Zelanda,​ Países Bajos,​ Portugal, Suiza​ y algunos estados de Estados Unidos y Australia. Alemania,​ Colombia​ e Italia lo legalizaron pero sus parlamentos todavía no legislaron esta práctica.

"La muerte médicamente asistida siempre se contempla algún procedimiento o protocolo que varía de país en país. En términos generales la persona lo solicita, un comité interdisciplinario revisa esa petición y a partir de ahí y en un lapso lo más breve posible se le otorga el derecho. También y por supuesto tiene también derecho a arrepentirse, no es que porque lo pidió está obligado a cumplirlo", explica Bilezker. 

En cada país las condiciones son distintas pero siempre bajo la premisa de decidir sobre un futuro autónomo. "Los proyectos de ley que están presentados en Argentina en términos generales también plantean lo mismo: un procedimiento en el cual la persona solicita que se le aplique la muerte médicamente asistida, un proceso de evaluación de las condiciones médicas psicológicas de salud mental, etcétera. Siempre se trabaja desde la interdisciplina para evaluar la solicitud y en un tiempo en un lapso razonable se otorgaría ese derecho", indica.

¿Cualquier persona podría acceder a una muerte legal y médicamente asistida? Si bien cualquiera podría solicitarla, un comité interdisciplinario es quien decidiría si la situación amerita su acceso. "Toda persona que se encuentre en determinada condición que la ley lo va a establecer, podría acceder a la eutanasia. Por ejemplo, una persona que tiene su facultades cognitivas aptas y que por encontrarse en una situación de altísima dependencia solicite la muerte, será evaluada para contemplar que verdaderamente es su voluntad, que no está siendo presionada etc", sostiene Bilezker. 

La eutanasia legal disminuye la clandestinidad 

Así como sucedió y sucede con el Aborto Legal, en nuestro país, el mercado informal de interrupciones de embarazo se beneficia con su prohibición. Tanto la vida como la muerte son decisiones que, cuando se toman, la mayoría de las veces se llevan adelante. Si su práctica es ilegal, la intervención igual sucede y lo hace en las sombras de un Estado que no puede regular su correcta aplicación y siempre es víctima de la clandestinidad la población más vulnerable.     

"Los proyectos de ley que se presentaron son varios y ya están en la Comisión de Salud. Si bien tienen diferencias todos lo que proponen es que la persona que así lo desee pueda solicitar a través de un procedimiento ser asistida médicamente para morir. La ventaja de todo esto es que al ser un marco legal, garantiza el acceso igualitario a este derecho después dependerá de cada persona si lo va a solicitar o no", explica la especialista. 

"Lo que esto viene a resolver y a evitar, es que la eutanasia se practique de un modo no legal o clandestino como de hecho sucede, entonces la idea es sanar o subsanar esta instancia de lo no legal a la cual se accede o no según la situación de cada uno y generar una situación de igualdad ante el acceso hasta el derecho", agrega.

Cuando en 1987 se aprobó la ley del divorcio, los detractores argumentaban que si separarse era legal los divorcios iban a aumentar de forma exponencial y la gente no se iba a querer casar. Lo mismo sucedió en el debate con el aborto legal. Si bien son contextos y acciones distintas, el divorcio luego de su aplicación, pegó un colatazo pero luego se acomodó. El aborto, por su parte, jamás había sido registrado así que los números de lo único que hablan es de un acceso seguro. Es importante entender que tener la posibilidad no se transforma en una obligación.      

"Las similitudes ante este debate se comparten con el aborto y también con el divorcio. Cuando hay un marco legal, no existen los riesgos desproporcionados. Siempre va a haber un margen debatible, por supuesto como toda ley, pero nadie va a ir corriendo a solicitar la eutanasia sino forma parte de su camino o de su elección personal", responde Bilezker.  

Si lo comparamos con el debate respecto al aborto, la eutanasia tiene una vía algo más simple porque la persona decide sobre sí misma exclusivamente. Aún así, la situación es difícil: la sociedad no habla lo suficiente sobre la muerte. 

"Esto requiere un proceso, una toma de conciencia, requiere poder aceptar que uno puede estar en el fin de la vida. Requiere repensar la muerte y trabajarla. Pero así como fue importante comprender que la ley lo que brinda es la libertad de elegir, lo mismo aplica para la muerte médicamente asistida, es ordenarnos como sociedad para que podamos elegir libremente lo que queremos que se haga con nuestro cuerpo", finaliza la experta. 

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