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Guerra de Malvinas: la importancia de mantener la memoria viva y el desafío de enseñarle a las nuevas generaciones

Pese a que lo ocurrido se recuerda con mayor vigor en las fechas de inicio de la guerra (2 de abril) y finalización (14 de julio), los veteranos coinciden en la importancia de mantener presente lo ocurrido a diario y explicarle a los más pequeños lo que ocurrió. El relato de Daniel Staffolari.

Guerra de Malvinas: la importancia de mantener la memoria viva y el desafío de enseñarle a las nuevas generaciones

En tiempos de memorias frágiles e inconciencia histórica, donde partidos políticos piden “respetar la autodeterminación” de los kelpners, la causa Malvinas parece desvanecerse. A 41 años de finalizada la guerra aún hay personas que la viven a diario.

Mandaron a los pibes”, “fue una guerra sin sentido”, “un manotazo de ahogado del Proceso Militar”, “la aventura de 'un borracho'”, son varias de las frases que suelen escucharse al hablar de Malvinas. Muchas personas se acuerdan de la causa cuando se cumple un nuevo aniversario. Sin embargo, hay personas que trabajan a diario para mantener presente la dolorosa historia de lo ocurrido en la isla.

Stand del programa Malvinas en las escuelas | Foto: prensa.

“Si no existe la memoria, todo lo nuestro es suicida”, cantan Los Piojos. Daniel Staffolari, coordinador del Museo de la memoria de Malvinas en Ramos Mejía, trabaja a diario para generar conciencia y contar en primera persona lo que vivieron los veteranos previo, durante y luego de la guerra.

Iluminados por el fuego es una de las películas argentinas que mejor cuenta lo que pasó allá, hay una parte que parece relatar mi historia”, recordó.

Staffolari había sido dado de baja el 5 de marzo de 1982, un mes después, en la mañana del 2 de abril se enteró por Radio colonia de Uruguay junto a su padre que “Argentina recuperaba las islas Malvinas”. Para mucha gente era un acto de patriotismo el regreso efímero de la soberanía. Por eso, el padre de Staffolari, que no escapaba a ese patriotismo de época, festejó, pero la situación de un joven que había obtenido la baja hacía apenas un mes no era la misma. “Inmediatamente imaginé lo que se venía. Mi papá después de un breve festejo de semejante hecho histórico, entendió mi reacción. En 48 horas me llegó la carta para que me presentara en el Regimiento mecanizado 6 General Viamonte, con asiento en la ciudad de Mercedes, donde había cumplido con el servicio militar obligatorio ”, contó.

Del Regimiento mecanizado 6 General Viamonte los trasladan directo a Río Gallegos, pero nadie le había avisado a las familias qué iban a hacer o adonde iban a ir los "colimbas", tuvieron que avisar ellos mismos como podían. “Fue igual que en la escena de la película Iluminados por el fuego, parecía que estaban contando mi historia. En el aeropuerto, en uno de esos teléfonos públicos viejos, una señora me dejó llamar a mi casa y así avisé a mi familia”, rememoró.

Fotografías tomadas por el ex combatiente Carlos Mazzocchi durante la guerra de Malvinas | Foto: NA.

Staffolari se encuentra este domingo en el último día de la Feria del Libro de La Matanza en el stand programa Malvinas en las escuelas. Allí contó que da charlas a niños de primaria, secundaria, universitarios y docentes que visitan el Museo de la memoria de Malvinas o se traslada a los establecimientos para informar sobre la Guerra de Malvinas y lo que vivieron los ex combatientes. Según dijo, lo que más le gusta es explicarle a los chicos de 1° y 2° grado porque desde el desconocimiento atinan a hacer preguntas muy osadas. Durante una de esas jornadas un niño le preguntó si en Malvinas él veía a su jefe y automáticamente recordó que la última vez que lo vió fue cuando se subió al avión, luego lo volvió a cruzar cuando regresó.

“En ese momento me transporté a la última vez que lo vi, fue en el avión cuando partimos a Malvinas. Los mandos no estaban con nosotros y no hablo de un alto mando, sino de nuestro jefe. Los que estabamos en las trincheras eramos los colimbas”, sostuvo.

Dentro del Museo de la memoria de Malvinas tienen recreado un espacio con la "cocina" que tenían en la guerra. Staffolari recordó que por momentos no tenían provisiones y salían a cazar para poder comer y en un lugar rústico, que no se parece en lo más mínimo a una cocina, era donde preparaban la comida.

Otras tantas preguntas de los niños tenía que ver sobre cómo iban al baño, Staffolari dijo que fue muy ocurrente y que en ese moemnto dialogó con los docentes para contarlo, pero que claramente habían cosas que hoy se dan por sentadas, como tener un baño que no existía.

Una guerra desigual

Mientras el ejército inglés tenía recambio de tropas, el argentino dormía y descansaba solo cuando podía, con ropa poco adecuada para el frío que hacía y sin descanso. Así dieron batalla por más de dos meses los "pibes" que fueron a Malvinas.

"El día 22 de junio me reencontré con mi familia en el regimiento", recordó.

No obstante, la historia no termina allí, sigue porque Malvinas se enfrenta a diario y se genera conciencia para que no vuelva a ocurrir. Además, "cada vez quedamos menos"

Del regimiento total que viajó, seis quedaron en la isla. Este mes, el municipio de La Matanza envió 10 personas a Malvinas y al ser consultado sobre si volvería, Staffolari dijo: "Creo que le di todo lo que tenía para darle a Malvinas, si no fui ahora, no creo volver. Es muy caro ir desde acá a la isla".

Para más información acerca del Museo de la memoria de Malvinas de Ramos Mejía se puede consultar a sus canales de contacto: correo electrónico direccionvgmlamatanza@gmail.com o al teléfono 4464-4578. Abre de lunes a viernes y se pueden coordinar visitas guiadas y charlas para grupos de alumnos o particulares.

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