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Imputaron a 16 personas por la serie de crímenes en la ciudad de Rosario

Aunque no se establecieron vínculos directos con estructuras criminales conocidas, la investigación apunta hacia posibles conexiones con reclusos de la región.

Imputaron a 16 personas por la serie de crímenes en la ciudad de Rosario
Dieciséis personas fueron imputadas por la serie de crímenes en la ciudad de Rosario

Tras una audiencia en Rosario, 16 individuos enfrentan imputaciones por su presunta implicación en una serie de eventos violentos, incluyendo el atentado contra un colectivo y los asesinatos de un taxista y un colectivero. Aunque ninguno está vinculado directamente a estructuras criminales, la investigación apunta hacia la posible participación de reclusos en estos crímenes.

Los hechos en cuestión incluyen un atentado contra un colectivo, en el cual milagrosamente no hubo heridos, así como los asesinatos brutales del taxista Diego Clentano, de 38 años, y del colectivero Marcos Daloia, de 39. Estos crímenes, ocurridos en días consecutivos de la semana pasada, han dejado a la comunidad rosarina en estado de shock y a las autoridades movilizadas en busca de respuestas y justicia.

La investigación, dirigida por los fiscales Patricio Saldutti, Franco Carbone, Luis Schiappa Pietra, Marisol Fabbro y Fernando Dalmau, aclaró parte del entramado complejo de eventos, pero hasta ahora ninguna de las personas imputadas está directamente relacionada con estructuras criminales conocidas en la región. Sin embargo, las sombras del pasado parecen acechar en el presente, como lo evidenció la presencia de Tobías Barrios en la audiencia virtual.

Barrios, quien anteriormente fue condenado por su participación en los atentados perpetrados por Los Monos, volvió a figurar en el radar judicial. Aunque su implicación exacta en estos nuevos crímenes aún está por determinarse, su presencia no pasa desapercibida y añade un elemento de intriga a la investigación en curso.

Otro nombre que resuena en este oscuro panorama es el de Raúl Pereyra, quien se cree que tuvo una coautoría en el asesinato del taxista Clentano. Su llamada al servicio de taxi, que fue respondida por la víctima minutos antes de ser asesinada, lo coloca en el centro de la investigación.

Además de estos casos, un grupo de individuos enfrenta acusaciones por ocultar pruebas relacionadas con los crímenes. Desde esconder vehículos utilizados en los ataques hasta resguardar la ropa usada por los sicarios, las acusaciones apuntan a una red de complicidades que se extiende más allá de los autores materiales de los crímenes.

Pero lo más preocupante es la posible conexión con reclusos de Rosario que se encuentran tras las rejas en cárceles provinciales y federales. Los investigadores judiciales sugieren que estos individuos podrían haber instigado los ataques desde el interior de las instituciones penitenciarias, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad y el control dentro del sistema carcelario.