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Musica

Winona Riders en Obras: cuatro horas de trance, garage y éxtasis colectivo

La banda del oeste bonaerense debutó en el Templo del Rock con un show de 35 canciones en cuatro horas. Psicodelia, garage y una comunión hipnótica con su público.

Winona Riders en Obras: cuatro horas de trance, garage y éxtasis colectivo

Viernes por la noche en el Estadio Obras Sanitarias. Una multitud se congrega para presenciar el debut de Winona Riders en el emblemático Templo del Rock. La banda, surgida del oeste bonaerense, ofrece un espectáculo de cuatro horas, interpretando 35 canciones que fusionan psicodelia, garage y una energía desbordante.

El escenario se convierte en un espacio de comunión donde la música actúa como catalizador de una experiencia colectiva. Canciones como "V.V." y "No hagas que me arrepienta" resuenan con fuerza, mientras el público se entrega al ritmo, creando una atmósfera de éxtasis compartido.

Con tres discos en su haber, Winona Riders demuestra su evolución y consolidación en la escena musical argentina. Su propuesta sonora, caracterizada por una mezcla de crudeza y sofisticación, encuentra en Obras un espacio ideal para desplegar su potencial.

La banda no solo ofrece música, sino también una experiencia sensorial completa. Luces, visuales y una cuidada puesta en escena complementan el viaje sonoro, sumergiendo al público en un trance hipnótico que a través de largos pasajes musicales trasciende el tiempo y el espacio.

El público, compuesto por seguidores de diversas edades, pero en su mayoría bastante joven, responde con entusiasmo y fricción a cada tema. La conexión entre la banda y sus fans es palpable, evidenciando una relación construida sobre la base de la autenticidad y la pasión compartida por la música. Los pibes ahí adelante en el pogo simplemente no se paran de pegar. Arranca un tema y se pegan. Termina el tema y frenan unos segundos, exhalan bocanadas... pero al rato ya se están empezando a pegar de nuevo. Por las dudas.

Este debut en Obras marca un hito en la trayectoria de Winona Riders. La banda logra transformar el estadio en un templo de celebración musical, consolidando su lugar en el panorama del rock argentino contemporáneo.

Al finalizar el show, la sensación es unánime: se ha vivido una experiencia única, donde la música te hace perder la orientación del tiempo. Las canciones de Winona no son narraciones, sino más bien descripciones. No tienen principio, no tienen final. Son más bien como entrar a un ambiente y permanecer allí. Un fenómeno que remite al stoner rock: en la repetición, la música encuentra un vehículo para transportar a la mente al lugar que quiera. Winona Riders no solo tocó en Obras; dejó una huella imborrable en su historia y en la de su público.

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