En un mensaje difundido tras el rezo del Ángelus este domingo 22 de junio, el Papa expresó su profunda preocupación ante las “noticias alarmantes” provenientes de Oriente Medio, luego del bombardeo estadounidense contra tres instalaciones nucleares en Irán. 

El pontífice instó a la comunidad internacional a “detener la tragedia de la guerra antes de que se convierta en una vorágine irreparable”, subrayando la responsabilidad colectiva para evitar una escalada global. El mensaje papal se produce en un contexto de extrema tensión: el gobierno de Estados Unidos, bajo el liderazgo de Donald Trump, confirmó haber atacado las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán, describiendo la operación como un “éxito militar”. 

En respuesta, Irán calificó la acción como el inicio de “una peligrosa guerra” y prometió tomar represalias. La escalada no se limita a los opositores directos. China y la Unión Europea también se pronunciaron en contra del ataque, condenándolo como una violación del Derecho Internacional y apelando a un retorno urgente a la vía diplomática. 

El presidente iraní Abbas Araqchí exigió una reunión inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar lo sucedido. El Papa insistió en que, frente a esta crisis, la humanidad no puede permanecer en “la indiferencia”. 

El pontífice afirmó que la guerra no es el camino hacia soluciones duraderas y destacó la necesidad de “gestionar los conflictos con magnanimidad, sin renunciar al respeto a la justicia y al Derecho Internacional”.