Benito Martínez, conocido mundialmente como Bad Bunny, puso fin a su residencia “No me quiero ir de aquí” en el Coliseo de Puerto Rico con una función especial titulada “Una más”. Fue el show número 31 de una serie que transformó al recinto en un verdadero punto de encuentro cultural y que dejó una marca histórica en la música latinoamericana.

La fecha coincidió con el octavo aniversario del huracán María, lo que le dio un tono simbólico a la velada. “Puerto Rico sigue de pie”, expresó el artista en medio de una ovación que resonó como una reafirmación de identidad y resistencia.

La noche contó con una larga lista de canciones que recorrieron distintas etapas de su carrera: “Alambre Púa”, “El Clúb”, “La Santa”, “El Apagón”, “Si Bien Ni Mal”, “Amorfoda” y “Turista”, entre muchas otras. En el escenario también se sumaron figuras destacadas de la música: Dei V, Jowell y Randy, Ñengo Flow, De La Ghetto y, como broche de oro, Marc Anthony, quien interpretó el clásico “Preciosa”, emocionando al público.

El montaje giró en torno a “La casita”, una estructura inspirada en la arquitectura típica de la isla, reforzando el sentido de pertenencia y orgullo cultural. Cada detalle, desde la escenografía hasta la curaduría musical, buscó resaltar la esencia boricua.

Además, gracias a la transmisión de Amazon Music, el concierto pudo ser seguido en plazas, cines y locales de Puerto Rico, convirtiéndose en una celebración popular que trascendió las paredes del Coliseo.

La residencia de Bad Bunny dejó un impacto económico multimillonario en la isla, superando las expectativas iniciales y consolidando al artista no solo como un fenómeno musical, sino también como un motor cultural y social. Con este cierre, Bad Bunny se despide momentáneamente de su tierra natal antes de iniciar su próxima gira mundial, dejando grabada una página inolvidable en la historia del espectáculo.