El productor y multiinstrumentista alemán Steffen Linck, más conocido como Monolink, presenta su tercer álbum de estudio, The beauty of it all, un trabajo que marca un regreso a la esencia que siempre lo distinguió: la perfecta simbiosis entre lo orgánico y lo electrónico.

The Beauty Of It All no se enfoca en el espectáculo, sino en explorar la tensión entre la alegría y el dolor, la memoria y el movimiento, la quietud y el cambio. Más que un concepto cerrado, se presenta como una serie de monólogos internos traducidos en sonido.

A lo largo del disco, aparecen guiños a distintas etapas de su carrera. En “Powerful Play”, el artista regresa a sus raíces con una fusión de guitarra acústica y electrónica rítmica que recuerda sus primeros días, cuando alternaba entre tocar en las calles de Berlín y descubrir la intensidad de sus clubes.

Con este nuevo trabajo, Monolink no solo plasma su presente, sino también el camino recorrido. En la última década, consolidó un estilo singular que combina la narrativa tradicional con el diseño sonoro contemporáneo, ubicándose en un cruce único entre la cultura de club y los escenarios de concierto, con un público global que lo sigue en ambos mundos.

Si su debut Amniotic (2018) presentó una fusión fluida entre lo orgánico y lo electrónico, y Under Darkening Skies (2021) amplió esa visión con tintes más oscuros y cinematográficos, The Beauty Of It All aparece como una síntesis depurada y un momento de claridad. Menos enfocado en la escala, más en la resonancia. Más que nada, un disco honesto.