El ex policía bonaerense Juan Alberto García Tonzo fue condenado este miércoles a 21 años de prisión por el crimen de Bastián Escalante, el niño de 10 años asesinado en julio de 2024 en Wilde mientras esperaba el colectivo junto a su madre. El veredicto fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Avellaneda, después de que un jurado popular lo declarara culpable.
La decisión del tribunal lo encontró responsable del homicidio con uso de arma de fuego del menor y también de tentativa de homicidio agravada con uso de arma y exceso en la legítima defensa en relación con los presuntos ladrones que, según su versión, intentaron asaltarlo. Durante la audiencia, la fiscal Montero solicitó una pena de 25 años de prisión y, en su alegato, sostuvo que García Tonzo utilizó su arma reglamentaria de manera “imprudente” en una zona con tránsito y presencia de escuelas, lo que evidenció “desprecio por la vida ajena”.
La querella, en representación de la familia de la víctima, pidió una condena más alta. El abogado Laudani reclamó 35 años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos, mientras que Santos Morón, por la Comisión Provincial por la Memoria, exigió 33 años y 4 meses al considerar que el accionar del ex policía “generó un daño colectivo”. Ambos remarcaron que la ausencia de antecedentes penales no debía ser tomada como un atenuante, ya que “como integrante de una fuerza de seguridad es lo que se le exige”.
Antes de conocerse el fallo, García Tonzo, en alusión al niño que murió tras los disparos efectuados por él, dijo que "si pudiera retroceder el tiempo, me hubiese gustado haber sido yo". El hecho ocurrió el 10 de julio de 2024, cuando el entonces policía disparó su arma durante un intento de robo de su moto por parte de cuatro personas. Una de las balas impactó en Bastián, que fue trasladado al Hospital Presidente Perón y falleció horas más tarde.
En el juicio, la madre del menor declaró que no vio armas en poder de los presuntos asaltantes y aseguró que los disparos provinieron del agente. Su padre, Alejandro Escalante, recordó el vínculo con su hijo y expresó que, desde su muerte, la casa familiar “pasó a ser un lugar en silencio”.