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Cromañón, 21 años después: canciones, abrazos y una herida que continúa abierta

"Para nosotros con un sobreviviente que hoy de acá con una sonrisa, todo lo que hicimos en estos 21 años, valió la pena", aseguran desde No Nos Cuenten Cromañon. El acto contó con la presencia de bandas invitadas, entre ellas, Don Osvaldo, Ojos Locos y Peligrosos Inocentes, donde los músicos también son sobrevivientes de la masacre.

Cromañón, 21 años después: canciones, abrazos y una herida que continúa abierta

"Para nosotros con un sobreviviente que hoy de acá con una sonrisa, todo lo que hicimos en estos 21 años, valió la pena", aseguró Diego Cocuzza, presidente de No Nos Cuenten Cromañón, organización de sobrevivientes y familiares de víctimas de la masacre, que cada 30 de diciembre realizan un multitudinario acto en homenaje a los 194 fallecidos y por los miles de sobrevivientes.

"Les agradecemos el apoyo y la confianza de haber venido a pasar este día tan doloroso, a veces, pero que también supimos transformar en otra cosa. Siempre digo que con el dolor se pueden hacer un montón de cosas: criticar, pedir venganza, llorar y tambien se puede construir", cerró su discurso en la noche del 30 de diciembre Cocuzza, en un año particular, debido a que por el crecimiento de la convocatoria el acto en homenaje se tuvo que trasladar al estadio Malvinas Argentinas.

A 21 años de la masacre de Cromañón, el homenaje a las 194 víctimas de la masacre es una nueva reafirmación colectiva de memoria, de que el dolor no se archiva y la lucha no se negocia.

Bajo el lema “A la gente solo la ayuda la gente”, la organización No Nos Cuenten Cromañón reunió a sobrevivientes, familiares, amigos y nuevas generaciones que no estuvieron aquella noche del 30 de diciembre de 2004, pero que crecieron escuchando la historia como una herida abierta del rock nacional. Con el bono contribución que pagó el público que asistió al acto, la ONG Tejiendo el Barrio y Fundación Argentinos Juniors donarán alimentos y juguetes para barrios populares.

La música como cura

Desde temprano, las remeras con la frase "la música no mata", las banderas gastadas por los años y los carteles con fechas de la noche que la gente se niega a olvidar marcaron el pulso de la jornada. 

La música, como siempre, fue lenguaje y catarsis. Por quinto año consecutivo, Don Osvaldo, la banda de Patricio Santos Fontanet y Christian Torrejón, exintegrantes de Callejeros, volvió a decir presente, con un público que cantó sabiendo que cada letra tiene un peso diferente cuando la historia no terminó. Ya lo dijeron en Creo, con una canción la tristeza es más hermosa y vaya que transforman cada 30 de diciembre para cada uno de los sobrevivientes que asisten al acto.

Don Osvaldo le dedicó el show a Juan Gabriel González, vecino de Lugano que fue asesinado presuntamente por gatillo fácil el pasado jueves. "Para él va el recital de hoy", dijo Fontanet al inicio del show. "Cuando los que nos tienen que cuidar nos cuiden, trabajen de eso, porque trabajan de eso y cobran; cuando los que nos tienen que juzgar trabajen de eso, porque cobran por eso; seguramente va a haber justicia y vamos a poder hacer el festival en la calle. Hasta tanto, seguimos pidiendo justicia por las víctimas de Cromañón", cerró antes de tocar 9 de Julio

El bloque musical lo abrió Ojos Locos, la banda que teloneó a Callejeros aquella fatídica noche, recordándola con canciones como Puede ser hoy, del álbum "Guerra de nada" dedicado a los 11 familiares del grupo que murieron en Cromañon. Después llegaron Cruzando el Charco, que fue la primera banda sorpresa; La Chancha Muda, Peligrosos Inocentes, Wayra Iglesias y Cabra da Peste, en una grilla atravesada por la emoción y el respeto. 

"Cuando venía para acá pensaba que la palabra más nefasta de toda la historia es 'corrupción'. A los pibes los mató la corrupción. También venía pensando en una frase que desde que la escuché la primera vez no deja de resonarme e interpelarme, que es algo que todos entendemos y que es que 'la música no mata'. A seguir recordando", pidió Nahuel Piscitelli de Cruzando el Charco.

Durante el acto, desde No Nos Cuenten Cromañón contaron que uno de los reclamos que más años tardó en llegar fue el reconocimiento por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de las y los sobrevivientes como víctimas de la masacre, incorporándolos como beneficiarios plenos de la ley 4786. Un paso que no borra lo vivido, pero que era una deuda histórica. Además, invitaron a quienes necesiten realizar los trámites, a escribirles para brindarles asistencia.

La organización también destacó el trabajo silencioso que sostiene desde hace años, como lo es el programa de asistencia psicológica para sobrevivientes, además de charlas en escuelas y espacios culturales para que Cromañón no quede reducido a una efeméride. Porque la memoria, como repiten, no es solo mirar hacia atrás sino que también es advertir, cuidar y construir otra forma de estar juntos.

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