Se apagó el encanto mundialista. Sólo quedan los recuerdos. Los de una Copa organizada a la perfección por Rusia y los de un fútbol que muestra signos de cambios. Los recuerdos, también, de una selección argentina a la que le quedó largo el torneo y lejos el nivel de los mejores.
En Francia, salir segundo en su Eurocopa fue decepcionante pero no un fracaso. Dos años después, con el mismo técnico y un similar plantel, festejan lo máximo. Mejor puede proyectarse Argentina en Croacia, una selección con constantes cambios de entrenador, dirigentes investigados y sin otro plan que el de sacarle jugo a una camada de futbolistas. La diferencia es que nuestra generación llegó gastada al gran evento, con el peso del tiempo encima y la sensación de que había dado lo mejor.
Un Mundial expone el rumbo que tomó en líneas generales el fútbol. No necesariamente marca el cambio, simplemente muestra la nueva tendencia. Ya en las últimas Champions se habían visto equipos que hacían diferencia de contraataque. Quedó ratificado: luego del dominio durante años de selecciones que hacían de la posesión de pelota un culto, se impusieron aquellas que pueden asumir la iniciativa aunque están más cómodas en la idea de recuperar agrupados y salir disparados.
A Argentina le cuesta ese tipo de juego. En general no tiene volantes dinámicos, que aseguren ida y vuelta agresivo. La renovación debe incluir esa búsqueda. Como así también centrales confiables y laterales aptos en los dos campos.
Ya se sabe que el sábado a la noche la AFA arregló la desvinculación de Jorge Sampaoli. Que cobrará el proporcional a sueldos de seis meses y medio. Y que seguramente Lionel Scaloni dirija al sub 20 en el ya famoso torneo de L'Alcudia (¡un sobreviviente de la era Sampaoli por unas semanas!).
Ahora llegará el momento de pensar el nuevo técnico de la mayor. El que más le gusta a Claudio Tapia es Mauricio Pochettino. El contrato por cinco años en el Tottenham, un salario que casi cuadruplica el que tenía Sampaoli y la decisión familiar de quedarse en Inglaterra hoy lo hacen imposible. El mismo camino de la negativa tomarán Diego Simeone y Marcelo Gallardo.
Seguramente llamen a José Pekerman, sea para sondearlo para la mayor o para la coordinación de las juveniles. Ricardo Gareca se posicionó tras su trabajo en Perú. Otro recuerda a la distancia que el ciclo de Gerardo Martino. Y fue sugerido Jorge Almirón. Difícilmente sea anunciado rápido el nuevo nombre. "No hay apuro", repiten las fuentes. Básicamente, lo que no hay es idea.