<p>Un artículo de opinión publicado hoy en el diario Página/12 por un físico argentino residente en México generó una <span style="background-color:#1abc9c;">ola de críticas por parte de muchos científicos y científicas&nbsp;en </span><span style="background-color:#1abc9c;">Twitter</span>.</p> 
<p>En la nota, <strong>Oliverio Jitrik</strong>, físico argentino exiliado en México, critica a <strong>Sandra Pitta</strong>&nbsp;y <strong>Marina Simian</strong>, las dos científicas que se hicieron conocidas por defender el gobierno de Mauricio Macri, <span style="background-color:#1abc9c;">acusándolas de ser las "</span><span style="background-color:#1abc9c;">Brandoni</span><span style="background-color:#1abc9c;">&nbsp;y Casero" de la ciencia argentina</span>.&nbsp;</p> 
<p>Con una ironía muy mal lograda, el autor de la nota <span style="background-color:#1abc9c;">sugiere estudiar a esos "dos especímenes" para comprender "las patologías </span><span style="background-color:#1abc9c;">sociomentales</span><span style="background-color:#1abc9c;"> de los argentinos"</span> puesto que,&nbsp; "a causa de su alto nivel académico y su posiblemente elevada cota intelectual", son "más interesantes" que un macrista arquetípico.&nbsp;</p> 
<p>Tal vez lo más grave del texto es que <span style="background-color:#1abc9c;">niega que&nbsp;</span><span style="background-color:#1abc9c;">Simian</span><span style="background-color:#1abc9c;"> y </span><span style="background-color:#1abc9c;">Pitta</span><span style="background-color:#1abc9c;">&nbsp;puedan tener otra identificación política que la propia y, en consecuencia, cuestiona que sean capaces de pensar</span>. "Sienten, y mucho", dice el autor, incapaz de reconocer que otras personas tengan ideas diversas.&nbsp;</p> 
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  <img data-height="439" data-width="800" data-size="w:800,h:439" src="/__export/1573827189890/sites/claro/img/2019/11/15/1058472257-image.png_723941041.png" width="800" height="439"> 
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    Marina Simian durante su participación en "¿Quién quiere ser millonario?" 
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<p><span style="background-color:#1abc9c;">Miembros de la comunidad científica de diversas orientaciones políticas salieron a condenar la nota en </span><span style="background-color:#1abc9c;">Twitter</span>, incluso muchos que se habían ocupado de criticar lapidariamente las declaraciones falsas y maliciosas de&nbsp;Pitta sobre la inversión en ciencia y tecnología en la historia argentina y el apoyo de Simian al gobierno que terminó por obligarla a participar de un concurso televisivo para financiar su laboratorio.</p> 
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  <blockquote class="twitter-tweet"> 
   <p dir="ltr" lang="es">cuando lees la nota de pagina12 sobre p177a y simian<br> <br> 1: no entiendo.<br> 2: en serio... ¿dice lo que estoy entendiendo?<br> 3: pero cómo carajo publican esto?<br> 4: bueno, ya fue, hagamos un tuit con memes. <a href="https://t.co/V5AaJoS2S2">pic.twitter.com/V5AaJoS2S2</a></p> — hopeful monster (@alesitoide) 
   <a href="https://twitter.com/alesitoide/status/1195325279805284353?ref_src=twsrc%5Etfw">November 15, 2019</a> 
  </blockquote> 
  <script async src="//platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script> 
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  <blockquote class="twitter-tweet"> 
   <p dir="ltr" lang="es">Reitero, la nota de <a href="https://twitter.com/pagina12?ref_src=twsrc%5Etfw">@pagina12</a> "Las Brandoni de la Ciencia" me parece patética y misógina. Me dio vergüenza. No es por ahí gente.</p> — Emma (@emmaiarussi) 
   <a href="https://twitter.com/emmaiarussi/status/1195319704237334529?ref_src=twsrc%5Etfw">November 15, 2019</a> 
  </blockquote> 
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  <blockquote class="twitter-tweet"> 
   <p dir="ltr" lang="es">Esta nota de Jitrik me parece sencillamente una mierda. Innecesaria, soez, y que ataca el derecho de apoyar a partidos representativos y multitudinarios.<br> Entiendo que no representa para nada la esencia del espacio q integro, ni las ideas que defiendo.<br> Individualiza sin necesidad</p> — Jorge M (@jorgenomefui) 
   <a href="https://twitter.com/jorgenomefui/status/1195316269769199617?ref_src=twsrc%5Etfw">November 15, 2019</a> 
  </blockquote> 
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<p>Más allá de las diferencias ideológicas con Pitta y Simian (que yo personalmente también tengo, como explicité&nbsp;en numerosas oportunidades), <span style="background-color:#1abc9c;">el texto es lamentable por, al menos, dos motivos: su escaso nivel argumentativo y su altísimo&nbsp;nivel de agresividad directa hacia las involucradas</span>.</p> 
<p>Era, si uno es exageradamente generoso, un mal posteo para una red social donde todos los seguidores piensan lo mismo que uno, no una nota para publicarse en un medio masivo de comunicación.&nbsp;</p>

<p>Un f&iacute;sico argentino public&oacute; una nota de opini&oacute;n&nbsp;que cosech&oacute; un rechazo muy fuerte&nbsp;en las redes sociales.&nbsp;</p>

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Un f&iacute;sico argentino public&oacute; una nota de opini&oacute;n&nbsp;que cosech&oacute; un rechazo muy fuerte&nbsp;en las redes sociales.&nbsp;&nbsp;

"Las Brandoni de la ciencia": amplio repudio a un artículo periodístico

polémica

<p>El pasado viernes se conocieron los datos de la última convocatoria para ingresar a la carrera de investigador científico del CONICET. <a href="https://www.filo.news/ciencia/Cuatro-de-cada-cinco-cientificos-fueron-rechazados-en-el-CONICET-20190408-0017.html" target="_blank">Sólo fue aprobado el 17 por ciento de los postulantes, aunque, incluso en el caso de los rechazados, las comisiones que los evalúan suelen reconocer que tienen excelentes antecedentes académicos. </a><span style="background-color:#1abc9c;">La justificación de su no-ingreso no tiene que ver con su falta de méritos sino con el bajo presupuesto asignado a ciencia y tecnología</span>. Se trata de <span style="background-color:#1abc9c;">2000 doctores</span>, con entre 10 y 12 años de formación de grado y posgrado, que <span style="background-color:#1abc9c;">quedan afuera del circuito de la investigación.</span> Por el modo en que está estructurado el sistema científico argentino, este dato implica que aproximadamente 4 de cada 5 investigadores deberán emigrar si pretenden continuar con sus carreras científicas, o dedicarse a algo distinto de aquello para lo que se formaron.</p> 
<h2>A la deriva</h2> 
<p>Ana Laura Larralde es una de las afectadas directamente por el recorte en los ingresos. Doctora en Química, hizo su posdoctorado con beca del CONICET en el Instituto Balseiro y luego trabajó unos años con cargo de dedicación exclusiva en la UBA. Ese cargo se terminó y <span style="background-color:#1abc9c;">la única alternativa para continuar con su trabajo en el país era ingresar a la carrera</span>. Durante el doctorado, estudió materiales para retención de contaminantes metálicos en agua (específicamente, arsénico) y <span style="background-color:#1abc9c;">en su proyecto para ingresar como investigadora se proponía diseñar nuevos sistemas que hicieran más eficiente el almacenamiento de energía</span>. “Dado que el agotamiento de las fuentes fósiles de energía y el calentamiento global son temas importantísimos en la agenda mundial<span style="background-color:#1abc9c;">, me parecía algo fundamental para nuestro país</span>”, dice Larralde.</p> 
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  <img alt="Ana Larralde" data-height="450" data-size="w:1100,h:619" data-width="800" hspace="5" src="https://assets.dev-filo.dift.io/img/2019/04/10/img_4955.jpg_674994428.jpg" title="Ana Larralde" vspace="5"> 
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    Ana Larralde es una de las rechazadas por el CONICET. Se proponía estudiar cómo mejorar la eficiencia de almacenamiento en baterías, un tema fundamental en tiempos de agotamiento de los combustibles fósiles. 
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<p>Pero aunque la comisión evaluadora la calificó de manera excelente, el CONICET no aprobó su ingreso a la carrera. Ahora está en España haciendo una estancia de investigación por tres meses y, cuando se le termine, no sabe cómo va a continuar su rumbo. “Estoy a la deriva. Mi situación económica es exageradamente delicada, porque el euro está inalcanzable para nosotros. Cuando se terminen estos tres meses de estadía no sé qué voy a hacer con mi vida”, dice, y agrega: “<span style="background-color:#1abc9c;">La única alternativa que tengo para continuar con la carrera científica es conseguir alguna beca </span><span style="background-color:#1abc9c;">posdoctoral</span><span style="background-color:#1abc9c;"> en el exterior, porque hacer ciencia en Argentina ya no es una opción</span>”.</p> 
<h2>“Váyanse al sector privado”</h2> 
<p>Uno de los argumentos que suelen aparecer entre quienes se oponen a que el Estado invierta en desarrollo científico y tecnológico es que, una vez que alcanzaron el grado máximo de formación financiados por el sector público, los jóvenes deberían volcarse al ámbito privado. Pero las cosas no son tan simples como algunos twitteros creen.</p> 
<p>“Estuve buscando posibilidades de trabajar en el ámbito privado en Argentina. Mandé miles de currículums pero nunca me llamaron. <span style="background-color:#1abc9c;">Básicamente no existe la inversión privada en investigación y desarrollo en nuestro país</span> y por eso yo estoy sobrecalificada para los puestos. En muchos de los lugares a los que me presenté, por ejemplo, pedían técnicos, trabajo que puede realizar un chico que sale de la secundaria con título de técnico químico. <span style="background-color:#1abc9c;">Me encantaría poder trabajar en la industria, pero no hay trabajo para los doctores en Argentina, así que me quedan pocas opciones</span>”, advierte Larralde.</p> 
<p>Lo mismo piensa Lucas Vattino, quien está terminando su doctorado en el Instituto de Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI) y ahora viaja junto a su novia, doctora en biología, a hacer su posdoctorado en <em>Harvard Medical School </em>sobre la plasticidad en la corteza auditiva durante el desarrollo. Aquí, trabajó&nbsp;los últimos cinco años intentando comprender qué mecanismos tiene el oído para protegerse del trauma acústico en ambientes con sonido intenso. “<span style="background-color:#1abc9c;">Pasarme al ámbito privado hoy, con la poca inversión que hay en investigación y desarrollo, sería tirar todos mis años de formación garantizada por el Estado a la basura</span>. Distinto sería si hubiera investigación aplicada privada, pero no la hay”, señala. &nbsp;&nbsp;&nbsp;</p> 
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  <img alt="" data-height="450" data-size="w:1100,h:619" data-width="800" hspace="5" src="https://assets.dev-filo.dift.io/img/2019/04/10/img-6324.jpg_674994428.jpg" title="" vspace="5"> 
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    Lucas Vattino e Irina Marcovich harán su posdoctorado en Harvard Medical School. Si bien sostienen que es una decisión personal, advierten también que les hubiera sido muy difícil quedarse haciendo ciencia en Argentina. 
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<p>Nicolás Dvoskin, doctor en Ciencias Sociales que ahora realiza un posdoctorado en Alemania, coincide: “Este tipo de investigaciones se tienen que hacer en el marco del Estado porque es el único que está dispuesto a financiarlas; e<span style="background-color:#1abc9c;">l ámbito privado no invierte en estos casos, porque la inversión tiene que darle resultados económicos inmediatos, y la ciencia no funciona de esa manera</span>”. &nbsp;</p> 
<h2>Un lamento colectivo</h2> 
<p>Esta es la segunda vez que Dvoskin es rechazado en el CONICET, aunque las dos instancias de evaluación de ese organismo recomendaran su ingreso. Esto implica, en la práctica, la imposibilidad de investigar desde Argentina, puesto que es ese organismo el que garantiza que uno tenga el tiempo suficiente para llevar a cabo investigaciones de calidad e impacto. “<span style="background-color:#1abc9c;">La ciencia no se hace en el tiempo libre</span> -advierte Dvoskin- y son pocas las universidades en las que se puede ganar una dedicación exclusiva por concurso, especialmente ahora, que el ahogo presupuestario es muy grande”.</p> 
<p>Si bien el joven investigador reconoce que nunca negó la posibilidad de hacer una estadía de investigación en el exterior, siempre pensó esa instancia como algo transitorio. Pero después del primer rechazo, decidió aplicar a becas extranjeras porque se dio cuenta de que “no había posibilidad de hacer ciencia salvo yéndose por un período más largo” que el que había contemplado. <span style="background-color:#1abc9c;">Con el mismo proyecto con el que se le negó el ingreso a carrera -una historia de la seguridad social en América Latina- se presentó a una beca co-financiada entre nuestro país y Alemania y la obtuvo.</span></p> 
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  <img alt="" data-height="450" data-size="w:1100,h:619" data-width="800" hspace="5" src="https://assets.dev-filo.dift.io/img/2019/04/10/whatsapp_image_2019-04-09_at_13_25_18.jpeg_674994428.jpeg" title="" vspace="5"> 
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    Nicolás Dvoskin fue rechazado por segunda vez en el CONICET, a pesar de que su ingreso fuera doblemente recomendado por las comisiones evaluadoras. 
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<p>El problema, según Dvoskin, no es meramente individual: la partida de los jóvenes afecta a programas de investigación más amplios, que involucran a muchas personas. “Mi sensación es de mucha desazón, porque <span style="background-color:#1abc9c;">desaparecen proyectos enteros</span>. En el lugar donde yo trabajaba en Argentina, éramos cinco becarios: tres de posdoctorado, uno latinoamericano doctoral y uno doctoral. Ahora el único que queda es el doctoral y uno de los posdoc que terminó entrando a carrera.<span style="background-color:#1abc9c;"> Los demás estamos o bien en el exterior, o bien no trabajando en investigación. La desazón es más colectiva que individual</span>”.</p> 
<h2>El problema no es la falta de impacto social de las investigaciones</h2> 
<p>Pero no sólo se van quienes son explícitamente rechazados en el ingreso a carrera.<span style="background-color:#1abc9c;"> Las condiciones para investigar se han ido tornando muy difíciles en los últimos años, y eso conduce a que muchos decidan continuar trabajando en el exterior, sin siquiera intentarlo&nbsp;en Argentina</span>. El caso de Carolina Paula Bañuelos, doctora en Biología Molecular y Biotecnología por la Universidad Nacional de San Martín, es, en este sentido, ejemplar: tomó la decisión de&nbsp;no presentarse a beca posdoctoral porque su laboratorio apenas tiene recursos. Los subsidios, desde 2015, fueron sistemáticamente recortados, lo cual impide que avance con sus proyectos. Todo trabajo experimental necesita, para ser llevado a cabo, una importante inyección de dinero que nunca llegó.</p> 
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  <img alt="" data-height="515" data-size="w:960,h:619" data-width="800" hspace="5" src="https://assets.dev-filo.dift.io/img/2019/04/10/baxuelos.jpg_102610254.jpg" title="" vspace="5"> 
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    Carolina Bañuelos estudiará desde Miami mecanismos de reparación del ADN en pacientes con cáncer. Dice que en su laboratorio se volvió imposible investigar por la falta de subsidios. 
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<p>“Los Institutos no tienen financiación y <span style="background-color:#1abc9c;">hasta comprar guantes es un desafío monetario</span>”, dice Bañuelos, quien, luego de algunas entrevistas por Skype, <span style="background-color:#1abc9c;">consiguió una beca en la Universidad de Miami, donde se dedicará a investigar sobre cómo son los mecanismos de reparación del </span><span style="background-color:#1abc9c;">ADN</span><span style="background-color:#1abc9c;"> en pacientes con cáncer</span>. Acá, durante su doctorado, investigó una proteína con potencial aplicación terapéutica para diseñar vacunas o fármacos contra el Chagas y contra la enfermedad del sueño. <span style="background-color:#1abc9c;">Difícil argumentar que se trata de&nbsp;investigaciones&nbsp;sin impacto social</span>. &nbsp;</p> 
<h2>Vivir afuera</h2> 
<p>Preparar las valijas es un momento triste en la vida de un joven investigador. En este contexto, son pocos los que se van simplemente porque lo desean: la decisión de emigrar es difícil e implica un fuerte sacrificio emocional. “Yo <span style="background-color:#1abc9c;">tuve que dejar mi docencia universitaria, la participación en eventos y espacios de intercambio en nuestro país, a mi familia, perdí la posibilidad de ver crecer a mi sobrina</span>”, dice Dvoskin.</p> 
<p>Bañuelos, por su parte, asegura: “Si se hubieran dado las condiciones, <span style="background-color:#1abc9c;">claro que hubiera apostado por mi país</span>. Es muy duro alejarse de la familia. Pero tuve que elegir entre seguir haciendo lo que me gusta, para lo que me formé por más de 10 años, o trabajar de cualquier otra cosa. Elegí lo primero porque <span style="background-color:#1abc9c;">preví lo que iba a suceder con los ingresos a </span><span style="background-color:#1abc9c;">CONICET</span><span style="background-color:#1abc9c;">, pero en el camino quedaron muchos compañeros y amigos</span>”.</p>

<p>En la &uacute;ltima convocatoria del CONICET, 4 de cada 5 postulantes fueron rechazados. Muchos coinciden en que la &uacute;nica alternativa que queda para continuar investigando es&nbsp;irse del pa&iacute;s.</p>

En la &uacute;ltima convocatoria del CONICET, 4 de cada 5 postulantes fueron rechazados. Muchos coinciden en que la &uacute;nica alternativa que queda para continuar investigando es&nbsp;irse del pa&iacute;s.

"Hacer ciencia en Argentina ya no es una opción": los jóvenes investigadores que se van

AJUSTE EN CIENCIA

<p>¿Hace cuánto tiempo que nos dicen “país en desarrollo”? Mucho. ¿Nos hemos desarrollado? No. ¿Es una cuestión de tiempo? No, <span style="background-color:#1abc9c;">no estamos en camino de desarrollo</span>. Recientemente nos dieron otro rótulo, el de “economía emergente”. Sin embargo, está a la vista de cualquiera &nbsp;que nuestra economía no “emerge”, más bien se sumerge, con plomadas y sin oxígeno.</p> 
<p>Este año, por tercera vez consecutiva, resuena en una parte importante de la opinión pública <a href="https://www.filo.news/ciencia/Cuatro-de-cada-cinco-cientificos-fueron-rechazados-en-el-CONICET-20190408-0017.html" target="_blank">el desproporcionadamente bajo nivel de ingresos a la carrera del investigador científico del CONICET</a>. La difusión de este problema es un signo saludable. <span style="background-color:#1abc9c;">Nuestra sociedad percibe que algo no está funcionando bien</span>. Pero veamos, en concreto, qué es lo que pasa.</p> 
<h2>El CONICET, a flote</h2> 
<p><span style="background-color:#1abc9c;">El Estado, a través de las Universidades y el </span><span style="background-color:#1abc9c;">CONICET</span><span style="background-color:#1abc9c;">, destina recursos a formar científicos y </span><span style="background-color:#1abc9c;">tecnólogos</span><span style="background-color:#1abc9c;">, profesionales altamente especializados en distintas ramas del conocimiento que al término de su larga formación no encuentran trabajo, no tienen un rol en nuestra sociedad y en nuestra economía</span>. Esto ocurre porque el programa del actual &nbsp;gobierno no incluye en su núcleo el dominio de ninguna tecnología propia.<span style="background-color:#1abc9c;"> En su paradigma, la ciencia es un bien cultural, y la tecnología se compra en el extranjero, donde se genera y avanza</span>. En este plan, tanto el CONICET como las otras instituciones del sistema nacional de ciencia y tecnología, o bien redundan o se encuentran sobredimensionadas. Y, de hecho, se concretó un fuerte desmantelamiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), por ejemplo.</p> 
<p>Pero estas ideas no tienen apoyo mayoritario en Argentina, ni en la población ni en la dirigencia política. Debido al mayor conocimiento público de la situación,<span style="background-color:#1abc9c;"> en el </span><span style="background-color:#1abc9c;">CONICET</span><span style="background-color:#1abc9c;"> no pudo avanzarse tanto</span>; de hecho, no hubo despidos propiamente dichos, como sí los hubo en muchos otros organismos.</p> 
<p>La cuestión de los ingresos a CONICET pone en evidencia el conflicto entre el objetivo y la posibilidad práctica de la política del gobierno actual: <span style="background-color:#1abc9c;">se mantiene al </span><span style="background-color:#1abc9c;">CONICET</span><span style="background-color:#1abc9c;"> mínimamente a flote porque su desmantelamiento es desaprobado por la mayoría de la sociedad, pero su producto, es decir, los conocimientos generados y los profesionales altamente especializados, no tienen rol ni destino en este proyecto de país.</span></p> 
<h2>Inversión en ciencia para el desarrollo económico</h2> 
<p>¿Y cuál es el inconveniente? <span style="background-color:#1abc9c;">¿No podemos tener un país próspero sin ciencia y tecnologías propias? La realidad fáctica nos muestra que no</span>. ¿Por qué? Porque todas las actividades económicas pierden valor con el tiempo. Ya sea porque la oferta se multiplica, porque su producción se hace más fácil o porque surge una nueva tecnología que hace obsoleta a la actividad original. En consecuencia,<span style="background-color:#1abc9c;"> es de necesidad vital actualizar constantemente las actividades económicas incorporando conocimiento, ciencia y tecnología</span>. De hecho, todos los países lo hacen. Todos, sin excepción. La diferencia entre unos y otros, lo que marca la evolución de su competitividad, es el ritmo al que lo hacen y si generan su propio conocimiento y tecnología o no.</p> 
<p><span style="background-color:#1abc9c;">Si la actualización de actividades económicas se hace asimilando tecnologías que fueron desarrolladas en su totalidad en el extranjero, el avance se concreta obviamente con retraso. </span>¿Cuánto retraso? Dependerá del grado de importancia que los dueños de esa tecnología le asignen para su competitividad a futuro. En resumen: nadie regala competitividad y es mentira que se puede comprar cualquier tecnología. Se trata de una carrera global, donde el ritmo lo marcan los países desarrollados. Los países en desarrollo arrancan de abajo pero van más rápido que los desarrollados y de ese modo suben posiciones, se “desarrollan” y mejoran su bienestar relativo.<span style="background-color:#1abc9c;"> Los países rezagados como Argentina van más lento, y, en consecuencia, pierden posiciones y su bienestar relativo decrece con el tiempo.</span></p> 
<h2>Ciencia, cultura y subdesarrollo</h2> 
<p>Concebir a la ciencia como un bien meramente cultural (algo bueno, lindo y neutro que nos gusta tener para mirar y mostrar de vez en cuando), y a la tecnología como un bien que puede adquirirse en el extranjero, no solo es la postura del gobierno actual sino que ha sido la postura dominante en la escena política argentina a lo largo de nuestra historia. <span style="background-color:#1abc9c;">Solo en algunos períodos aislados se cambió de paradigma, y se impulsó el desarrollo de la ciencia, la tecnología y el conocimiento propios como motores del desarrollo</span>. El último período de este tipo fue entre 2003 y 2015. El discurso y las decisiones políticas pusieron a la ciencia y las tecnologías propias en el corazón del proyecto de país.</p> 
<p>Pero lamentablemente no se lo impulsó con la magnitud necesaria. Entre 2003 y 2015 la inversión global de Argentina (pública y privada) en ciencia y tecnología aumentó del 0,4% al 0,6% del PBI; un ritmo promedio de 0,016 %PBI/año. <span style="background-color:#1abc9c;">El mundo desarrollado no solo </span><span style="background-color:#1abc9c;">reinvierte</span><span style="background-color:#1abc9c;"> fracciones mucho mayores de sus </span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;"> en ciencia y tecnología (entre 1,5 y 4,2% del </span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;">) sino que la aumentan año a año a un ritmo promedio de 0,03 %</span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;">/año, es decir al doble de velocidad que lo que hizo Argentina en el período 2003-2015</span>.</p> 
<p>Los países en desarrollo lo hacen a ritmos aún mayores. China, por ejemplo, lo hace a un ritmo de 0,08 % PBI/año desde hace al menos 25 años. Lo mismo hicieron oportunamente otros estados que impulsaron procesos de desarrollo como Corea del Sur, Israel, Finlandia y el estado de San Pablo (Brasil), algunos con tasas de crecimiento de la inversión en ciencia y tecnología de hasta 0,3% PBI/año. <span style="background-color:#1abc9c;">Los resultados son contundentes: desde 1980 China multiplicó su </span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;">/</span><span style="background-color:#1abc9c;">cápita</span><span style="background-color:#1abc9c;"> por 45, mientras que Argentina solo por 5. Corea del Sur, desde 1970 multiplicó su </span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;"> per </span><span style="background-color:#1abc9c;">cápita</span><span style="background-color:#1abc9c;"> por 100.</span></p> 
<p>&nbsp;</p> 
<div style="text-align:center"> 
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  <img alt="" data-height="416" data-size="w:1100,h:572" data-width="800" hspace="5" src="https://assets.dev-filo.dift.io/img/2019/04/10/incremento_ixd.jpg_783969906.jpg" title="" vspace="5"> 
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    El gráfico compara el aumento en la inversión en I+D en diferentes países. Como se ve, Argentina está muy rezagada. 
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<p><span style="background-color:#1abc9c;">Durante los últimos tres años, la inversión total en ciencia y tecnología se redujo, del 0,6% </span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;"> al 0,5 %</span><span style="background-color:#1abc9c;">PBI</span><span style="background-color:#1abc9c;">. No solo se redujo la inversión pública sino también la privada. </span>Solo se ha estimulado la inversión privada financiera, especulativa y de corto plazo. Al mismo tiempo, no se ha implementado ningún incentivo eficiente para la inversión privada productiva, y menos aún para inversiones en desarrollos científico-tecnológicos acoplados a la producción.</p> 
<p><span style="background-color:#1abc9c;">En resumen, de ir lento pero en la dirección del desarrollo, pasamos a ir a toda velocidad en dirección al subdesarrollo</span>. Recalco que todos los datos están expresados en porcentajes del producto, y no en valores nominales que podrían encontrar excusas en crisis momentáneas que reducen el producto bruto. Estos datos expresan políticas, prioridades y visiones de futuro (o de pasado).</p> 
<p>&nbsp;</p> 
<p>*Investigador Principal CONICET – Prof. Física Experimental, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires. En Twitter es @FernaStefani.</p>

<p>La ciencia es una herramienta fundamental para el desarrollo econ&oacute;mico, como muestran diversos ejemplos a lo largo del mundo. Aumentar la inversi&oacute;n, en lugar de disminuirla, ser&iacute;a la estrategia m&aacute;s inteligente.&nbsp;</p>

La ciencia es una herramienta fundamental para el desarrollo econ&oacute;mico, como muestran diversos ejemplos a lo largo del mundo. Aumentar la inversi&oacute;n, en lugar de disminuirla, ser&iacute;a la estrategia m&aacute;s inteligente.&nbsp;

¿Por qué Argentina debería invertir en ciencia?

DIA DEL INVESTIGADOR CIENTÍFICO

<p><span></span></p> 
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    <p style=" margin:8px 0 0 0; padding:0 4px;"><a href="https://www.instagram.com/p/BwFRap8BUw0/?utm_source=ig_embed&amp;utm_medium=loading" style=" color:#000; font-family:Arial,sans-serif; font-size:14px; font-style:normal; font-weight:normal; line-height:17px; text-decoration:none; word-wrap:break-word;" target="_blank">Sin ciencia, no hay futuro ⚡�� Protón. ⠀⠀⠀⠀ �� En nuestra cortísima historia creamos esta herramienta fundamental para mejorar el mundo ������ Hay muchos países que saben lo importante que es la ciencia para el desarrollo de una sociedad e invierten cada vez más presupuesto en investigación científica y tecnológica. ⠀⠀⠀⠀ �� En nuestro país, sin embargo, el presupuesto destinado a estas ramas no deja de disminuir. ⠀⠀⠀⠀ �� Es muy simple: Menos ciencia = Menos ideas = Menos pensamiento crítico = Menos posibilidad de desarrollo económico �� Echar a nuestros científicos es el camino más seguro para garantizar nuestro estancamiento. ⠀⠀⠀⠀ �� "Cara no es la ciencia, cara es la ignorancia", decía nuestro premio Nobel Bernardo Houssay. ⠀⠀⠀⠀ ✊ Defendámosla. Sin ciencia no hay futuro. . . . @fabballarini @nicoolszevicki #DiaDelInvestigadorCientifico #CONICET #Ciencia #Argentina #Actualidad #Proton #FiloProton</a></p> 
    <p style=" color:#c9c8cd; font-family:Arial,sans-serif; font-size:14px; line-height:17px; margin-bottom:0; margin-top:8px; overflow:hidden; padding:8px 0 7px; text-align:center; text-overflow:ellipsis; white-space:nowrap;">Una publicación compartida de <a href="https://www.instagram.com/filonewsok/?utm_source=ig_embed&amp;utm_medium=loading" style=" color:#c9c8cd; font-family:Arial,sans-serif; font-size:14px; font-style:normal; font-weight:normal; line-height:17px;" target="_blank"> Filo.news</a> (@filonewsok) el <time datetime="2019-04-10T17:04:12+00:00" style=" font-family:Arial,sans-serif; font-size:14px; line-height:17px;">10 Abr, 2019 a las 10:04 PDT</time></p> 
   </div> 
  </blockquote> 
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<p>Cuatro de cada cinco jóvenes científicos fueron rechazados en el CONICET en la última convocatoria y muchos de ellos no encuentran otra alternativa que continuar sus trabajos de investigación en el exterior. La ciencia es una herramienta imprescindible para el desarrollo de un país, no solo a nivel cultural sino a nivel material. Defendámosla.</p>

<p>La crisis en la investigaci&oacute;n cient&iacute;fica en Argentina por el bajo presupuesto que se le destina expulsa a miles de j&oacute;venes, que se ven obligados a irse del pa&iacute;s para poder continuar con sus carreras.&nbsp;</p>

La crisis en la investigaci&oacute;n cient&iacute;fica en Argentina por el bajo presupuesto que se le destina expulsa a miles de j&oacute;venes, que se ven obligados a irse del pa&iacute;s para poder continuar con sus carreras.&nbsp;

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