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Pandemia y futuro: ¿qué esperar del uso y adaptabilidad de la tecnología?

Desde Filo.News hablamos con Joan Cwaik, autor y divulgador de tecnologías emergentes, sobre la adopción de tecnología en diversos sectores y los restos de la pandemia que llegaron para quedarse. 

Pandemia y futuro: ¿qué esperar del uso y adaptabilidad de la tecnología?

El nuevo coronavirus cambió drásticamente nuestra forma de vida en muchas formas inesperadas. El distanciamiento, la cuarentena y la necesidad de interacción social llevaron entonces a la adopción de tecnología en muchos sectores y aunque hoy en día los bloqueos se relajaron en muchos países, los restos de la pandemia llegaron para quedarse

Para entender un poco más como el virus nos empujó a superar las barreras con la tecnología y a adaptarnos a los cambios que afectan nuestra vida diaria, la vida laboral y la educación, hablamos con Joan Cwaik, autor y divulgador de tecnologías emergentes, quien actualmente trabaja en Maytronics como Gerente de Marketing para América Latina.

"Yo creo que la pandemia funcionó como un catalizador, como que muchas de las cosas que venían pasando, de alguna forma se catapultaron producto a la pandemia. Y lo empezamos a ver con un montón de realidades que transitamos a diario todos nosotros y que obviamente ahí empiezan también las preguntas y los diferentes enfoques y perspectivas respecto al uso de la tecnología, pero creo que indudablemente catalizó, impulsó, y de alguna forma también obligó a una adaptación forzosa para muchos actores de muchas industrias a adoptar y a incluir tecnologías en su día a día", comienza explicando el divulgador tech.

Y yendo a lo específico, explica: "La pandemia como que vislumbró tres grandes realidades: la primera es la evolución tecnológica per se; con sus ventajas y sus realidades, la pandemia aceleró muchísimo la adopción de tecnologías... Hoy en día en Argentina hay miles de pymes que viven producto a formas de comercio electrónico".

"En segundo lugar creo que se notó en una forma muy clara la desigualdad, porque aunque la barrera de entrada [a la conectividad de internet y dispositivos electrónicos] disminuyó muchísimo en los últimos años, hoy en día una persona sin conectividad es como que queda fuera del juego".

"Y en tercer lugar creo que la pandemia empezó también a impulsar muchas preguntas de cómo es la relación nuestra con la tecnología y cómo impacta socialmente. Porque en algún punto hay varios pensadores, divulgadores, historiadores que se empiezan a hacer muchas preguntas respecto a nuestra relación con la tecnología y las decisiones que estamos tomando en este contexto".

Y ejemplifica: "Algunas de las quizás más populares son las de Yuval Harari [historiador y escritor israelí, autor del bestseller "Sapiens"] que se pregunta todo este dilema de la falta de privacidad o de que la privacidad nuestra está en jaque en algún punto porque las decisiones que nosotros tomemos a la hora de entregar datos biológicos van a marcar mucho las reglas del futuro... Y esto no es algo nuevo, Michel Foucault decía que el último estadía de vigilancia era la vigilancia sobre los cuerpos".

Por otro lado, habló también de cómo la pandemia empezó a "enaltecer" de alguna manera lo conocido como "solucionismo tecnológico" —o la tecnología cómo la respuesta a todos los problemas del mundo—, así como de las preocupaciones relacionadas con la privacidad. "Eso también modifica nuestras formas de pensar y de poder razonar, porque si dependemos para todo de la tecnología, ¿dónde queda el razonamiento más profundo?"

El autor de "7R: Las siete revoluciones tecnológicas que transformarán nuestra vida", sostiene que la tecnología "no es determinística socialmente", sino que está y convive con nosotros. "Y la privacidad hoy en día... Los países que mejor combatieron la pandemia son países que tomaron una decisión por un control muy grande. Países como China, países como Singapur, que empezaron también a tomar una actitud de estado de vigilancia masivo en algún punto...".

"Y yo coincido en que los datos biológicos en algún punto nos pueden servir mucho para combatir esta pandemia, pero también tenemos que establecer cuáles son los límites", agrega.

"Yo siento que estamos mutando de una era de un individualismo voraz y estamos formando una era donde tenemos que empezar a colaborar cada vez más, y la privacidad forma parte de esa discusión también. Creo que hay una resistencia natural, y nosotros los humanos tenemos una resistencia natural a la evolución tecnológica porque crecimos en cierto entorno... Hay un autor que a mí me gusta mucho, que se llama Douglas Adams, en su libro "The Salmon of Doubt" establece tres realidades frente a la tecnología: la primera es que todo lo que se inventa desde que nacemos hasta que tenemos 15 años forma parte del orden natural de las cosas, todo lo que se desarrolla entre los 15 y los 35 es una fuente de negocios y es algo emocionante, excitante y revolucionario; y todo lo que pasa arriba de los 35 no lo entendemos y forma completamente parte de otro universo".

"Y yo creo que pasa algo parecido con eso. La preocupación por la privacidad, la resistencia humana es algo natural... No creo que sea menor tampoco que los que más anticiparon estas realidades son los autores de ciencia ficción".

Siguiendo por el lado del solucionismo tecnológico, Cwaik piensa que el camino que estamos tomando —o nos imponen a tomar—, "fomenta relaciones cada vez más débiles y más frágiles; y fomenta la gratificación instantánea, donde es más importante tener más megustas que realmente profundizar y aprender".

"Creo que el conocimiento realmente profundo tiene que ir más allá de la superficialidad", concluye. "No soy muy optimista respecto a ese camino que toma el mundo o la tecnología, ese camino de nutrirse solamente de contenido superficial".

Sin embargo, también destaca el bien que le hace la tecnología a la humanidad. "Yo creo que la tecnología es un enorme motor de cambio social que produce muchísimo valor, bienestar social, bienestar económico...".

"Creo que en 2030 vamos a hablar de nuevo y vamos a darnos cuenta de lo que evolucionó el mundo en cuanto a adaptabilidad tecnológica. A veces, las cosas necesitan factores shockeantes externos para realmente cambiar el orden de las cosas, para evolucionar. Y creo que esta enorme crisis que estamos transitando nos está mostrando que el futuro se rompió y que tenemos que repensarlo".

"El costado más negativo que estoy mencionando tiene como único fin empezar también a ser más conscientes de que la tecnología sigue siendo una herramienta, pero otra vez, somos los responsables nosotros de su uso".

Finalmente, respecto a las cosas que llegaron para quedarse, Cwaik destaca tres. En primer lugar, lo relacionado a la educación: "Yo siento que el rol del docente y los alumnos va a cambiar de ahora en más. La docencia de cualquier nivel va a tener que empezar a encontrar formas más lúdicas, más empáticas y más constructivas frente a los alumnos, porque la información en estado bruto como tal carece de valor". 

Y continúa: "Hoy en día toda escuela debería ser un pequeño laboratorio, en lugar de cómo pensamos a la educación tradicional. Laboratorios que fomenten la experimentación, que fomenten el desarrollo de habilidades blandas, que fomenten las relaciones interpersonales". 

En segundo lugar, el divulgador se refiere al sector productivo. "Yo siento que el comercio electrónico en este año evolucionó más que en los últimos veinte. Creo que fue un antes y un después fundamental, las tiendas no van a morir pero el comercio electrónico en cuanto a su adopción vino para quedarse".

"Y otra de las cosas que creo que vinieron para quedarse son las herramientas tecnológicas aplicadas al empleo, las herramientas que permiten mejorar la productividad, el trabajo colaborativo, y la comunicación remota. Hoy en día ya hay muchas empresas grandes que anunciaron que para el 2021 el esquema de oficina va a ser tres días de home office, dos en la oficina, o cuatro veces home office, una vez en la oficina... Yo creo que no se puede reemplazar el contacto físico de un espacio con otras personas, si bien hay cosas que si se pueden suplir muy bien —como los encuentros—, hay un montón de cosas que necesitan todavía esa puesta del cuerpo en escena".

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