Un hombre, cansado de que los monos salvajes invadan su campo, pensó y activó una insólita idea para combatir las plagas. El campesino decidió pintar a su perro doméstico para hacerlo parecerse a un tigre.

Ocurrió en la granja de un pequeño pueblo de la India. Al autor del absurdo plan, identificado como Srikanta Gowda, se le ocurrió este método cuando vio a otro granjero usar un muñeco parecido a un enorme felino que funcionaba como una suerte de "espantapájaros" gracias a su aspecto intimidante y feroz.

Cómo sería arduo mover constantemente el pesado objeto de un lado al otro, el joven granjero decidió llevar a cabo una tarea más sencilla. Fue al pueblo y compró tintura de cabello para mujer, y luego trazó unas líneas negras en el cuerpo del perro, para que se pareciera al felino. 

Tras la difusión del hecho, muchos activistas a favor de los derechos de los animales, vieron este acto como maltrato.

"La tinta dura un mes y se puede eliminar con agua", se defendió Gowda.

"Es mucho más productivo que tener que mover un falso espantapájaros alrededor de su granja todos los días", había confesado el granjero ante medios locales.
Además comentó que gracias a esta manera poco usual, logró mantener a salvo sus cosechas, y no tuvo que acudir a la violencia para ahuyentar de otra manera a los salvajes huéspedes.