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El artista europeo que lucha contra el nazismo de una forma muy particular

El italiano contó a Filo.News cómo transformó su pasión en un método para combatir ciertos sectores de la sociedad. Conocé a "Cibo" y sus coloridos grafiti de alimentos.

El artista europeo que lucha contra el nazismo de una forma muy particular

Pier Paolo Spinazzé es un italiano de 37 años que se dedica a cambiar la sociedad a través del arte. Al hablar de lo que hace y para describirse a sí mismo le gusta citar al escritor británico Brian Aldiss: “Sea lo que sea la creatividad, es en parte una solución a un problema”.

Es dueño de la cuenta de Instagram @cibo.oooo, donde comparte con sus más de 180.000 seguidores de todo el mundo las intervenciones que hace en la vía pública.

Cuando desde Filo.News le preguntamos cuál era su ocupación, respondió: “Soy un artista callejero”.

"Mi familia y yo recibimos amenazas"

“Desde 1998 me dedico a la realización de murales, al Street art y al graffiti. Son una pasión que las pude transformar en trabajo”, consideró el autor de “Cibo” (comida en italiano). Pero si bien ahora se convirtió en su profesión, esta pasión empezó hace varios años: “En mi niñez siempre dibujaba las paredes. Cuando crecí lo seguí haciendo y ahora hace 21 años que estoy en las calles”.

Su fama apareció cuando empezó a compartir fotos de cómo tapaba esvásticas con dibujos de comida: “Me gusta mucho. Es una buena solución para un problema muy malo”. Poco a poco fue sumando seguidores y se volvió un artista reconocido a nivel mundial con más de 180.000 fanáticos de todos los continentes.

Hay varios motivos para seguirlo: el repudio hacia los grupos fascistas que persisten en varios países de Europa, el amor por el arte y la creatividad con la que lucha contra el odio de algunos sectores de la sociedad.

“Verona está llena de fascistas, pero eso era justo lo que yo necesitaba”, dijo sobre la ciudad donde vive, y siguió: “La gente entendió la importancia de lo que hago y así mi ciudad es libre de odio, por lo menos en las paredes”.

Sobre cómo encuentra las escrituras racistas, el artista italiano reveló: “Mucha gente me avisa donde hay dibujos para eliminar. Si puedo siempre pido permiso”, y aclaró: “Pinto durante el día y soy educado”, a diferencia de las otras personas que pintan las paredes durante la noche como acto delictivo.

Pero no es todo alegría, colores y simpáticos dibujos de comida: “Mi familia y yo recibimos amenazas, pero lo que más me molesta son las quejas de los políticos de extrema derecha. Tratan de detenerme, pero solo me dan más hambre”, bromeó.

Lo que muchas veces sucede es que algunos muestran su descontento con los coloridos dibujos de alimentos. Como reflejan algunas de sus publicaciones, una vez que tapó una esvástica, sus “rivales” vuelven a dibujar sobre sus alegres diseños. Parece una lucha interminable, pero después vuelve a tapar esas imágenes llenas de odio.

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