El desarrollo de vacunas tiene a la comunidad científica —y a la población en general— a la expectativa de una solución que ponga fin a la pandemia. De hecho, los expertos coinciden en que sin una vacuna, las únicas formas de contener el virus son las cosas que ya estamos haciendo: barbijos, distanciamiento social, rastreo de contactos... Pero algunas de esas medidas, si bien son efectivas, son difíciles de sostener a largo plazo.
Esta situación nos deja, inevitablemente, en un vaivén de flexibilización y restablecimiento de las restricciones de bloqueo. Lo único que se espera que rompa ese ciclo es una vacuna. Entonces, ¿dónde estamos ahora en el proceso de desarrollo de una vacuna? ¿qué evidencias tenemos para creer que podamos tener una para el 2021?
William Petri, médico investigador y especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Virginia, da algunas respuestas.