Todos los ojos estuvieron puestos en esta reunión que se realizó la noche del sábado en el centro porteño. No hubo paz pero hay tregua entre los países que concentran cerca del 40% del PBI mundial. El comercio internacional, en conjunto con las finanzas, respiran. 

La guerra comercial

La disputa empezó a vislumbrarse en la campaña electoral de Trump, bajo el lema "Make America Great Again" (Haz América grande otra vez) el futuro presidente dejaba en claro que quería posicionarse nuevamente como la (¿única?) potencia mundial indiscutida, dejar de comprar tanto en el exterior para volver a producir en suelo norteamericano y una batería de medidas proteccionistas para engrandecer al país.

El problema: la mayor economía del mundo, EE.UU, le compra a la segunda, China, mucho más de lo que le vende, generando un déficit comercial de más de medio billón de dólares que no deja dormir a Trump. Se suma un hecho no menor y es que China disputa la hegemonía mundial, con la economía que más crece desde 2009. 

Las tensiones entre los gigantes se concretaron este año, cuando en enero Estados Unidos puso aranceles contra los productos Chinos para encarecer sus productos e intentar reducir su déficit comercial. En junio las tensiones escalaron porque los aranceles crecieron. China acusó a los Estados Unidos de desatar la guerra comercial más grande de la historia e inmediatamente anunció aranceles del mismo valor. Comenzó la guerra.

El enfrentamiento continuó en septiembre, cuando el gobierno norteamericano anunció aranceles sobre productos con un valor de 200 mil millones de dólares y China respondió con aranceles de 60 mil millones de dólares.

Si bien el propio presidente norteamericano se jactó hace pocos meses que una contienda comercial contra China seria “fácil de ganar” los efectos de los aumentos en los aranceles tuvieron efectos en su país. El precio de la soja bajo y la suba de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, con su consecuente fortalecimiento del dólar, complicaron aún más las exportaciones estadounidenses. 

 

La tregua

Mediante el pacto de los dos presidentes, la Casa Blanca anunció que los nuevos aranceles por 200.000 millones de dólares que iban a entrar en vigencia el 1 de enero se posponen hasta el 1 de marzo. Los medios chinos informaron una tregua sin especificar la fecha y el gigante asiático se comprometió a comprar una “cantidad sustancial” aún no concretada de productos estadounidenses. 

Sin embargo la paz parece lejana, los temas a tratar incluyen la transferencia de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias, la piratería y las incursiones informáticas, los servicios y la agricultura.

Implicancias para Argentina

La propia Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, pidió la tregua al finalizar cumbre, enfatizando sobre los efectos que tenia para las economías emergentes. 

“Las presiones sobre los mercados emergentes han crecido y las tensiones comerciales han comenzado a tener un impacto negativo”, dijo Lagarde.

El aumento en las tasas de interés de estados unidos relocalizo capitales hacia sus tierras, con un fortalecimiento del dólar que empeoró las condiciones de los países emergentes a quienes se les dificulto conseguir créditos. 

Por esto es que los 90 días de tregua traen una calma en las condiciones financieras que dan respiro a las economías emergentes en general y a la economía argentina en particular.