Dos cuestiones parecían claras previo al llamado electoral del día de ayer. Se esperaba una cómoda victoria del gobernador Juan Schiaretti y (atada a la primera) un efecto “derrame” sobre las elecciones nacionales y las fuerzas políticas allí presentes. Ambos puntos fueron confirmados.

Con una participación del 72,76% , la segunda provincia (detrás de Buenos Aires) con la mayor cantidad de votantes dio un histórico respaldo a su actual gobernador quien desde el frente “Hacemos por Córdoba” aplastó tanto al candidato de Cambiemos Mario Negri como al aspirante por la Unión Cívica Radical Ramón Mestre.

Recordemos que el de ayer fue el octavo llamado electoral del 2019, quedando definida la tercera gobernación y donde tanto desde una mirada política como cuantitativa, esta votación se presenta como la más determinante al momento tanto en el armado electoral nacional opositor (kirchnerista y peronista) como en el futuro de la alianza Cambiemos.

En concreto, en el día de ayer tuvieron lugar dos elecciones paralelas. Por un lado, la provincia de Córdoba eligió entre una de las 13 alternativas para nuevo gobernador, los 70 diputados provinciales del Congreso y a los 3 miembros del Tribunal de Cuentas.

De igual manera, la ciudad de Córdoba votó por nueva intendencia, en tanto que quedaron definidos los 31 concejales y 5 integrantes del Tribunal de Cuentas.

Resultados por la gobernación

Con el 98,2% de las mesas escrutadas, los resultados confirman una más que contundente victoria para Juan Schiaretti, quien de esta manera se consolida tras la muerte de De la Sota como el líder peronista de la provincia.

De esta manera, considerando el retorno de la democracia en el año 1983, la provincia continúa las representaciones provinciales tras los tres mandatos de José Manuel de la Sota y los dos de Juan Schiaretti.

El caso de la ciudad de Córdoba

A la importancia electoral y simbólica de la provincia se le añadió el que tuvieran lugar de manera simultánea las elecciones por la intendencia de la ciudad capital.

En sintonía con el “efecto arrastre” de Schiaretti, el peronismo pudo coronar una elección redonda con el acceso a la intendencia de Martín Llaryora. Esta es una victoria clave que únicamente ganó este distrito en el año 1999 bajo la candidatura de Germán Kammerath.

Martín Llaryora (Hacemos por Córdoba) obtuvo el 40,3% de los votos, en tanto que Luis Juez el 21,7% y Rodrigo de Loredo el 19,3%. 

El impacto a nivel nacional

Si bien el propio Schiaretti planteó en el día de ayer que “los de afuera son de palo”, el triunfo de quien este año cumplirá 70 años marca una profundización sobre las internas en Cambiemos así como una lectura correcta de la coyuntura política por parte de Cristina Kirchner.

Tras bajar la candidatura del diputado nacional Pablo Carro, la ex presidenta dejó en claro, además de su baja imagen en el distrito, que su objetivo es entonces poder alcanzar la mayor cantidad de triunfos provinciales peronistas.

En cuanto al peronismo dialoguista sobre el cual Schiaretti ahora parece ser el estratega principal con Alternativa Federal, se fortalece entonces la posibilidad de lograr consensos sobre un armado electoral alternativo a la grieta nacional.

Cambiemos y la Convención Nacional de la UCR

Nuevamente el gran perdedor fue Cambiemos. Consolidando el derrotero iniciado en el mes de febrero con las internas en La Pampa, el principal interrogante hoy parece ser el futuro de una alianza donde la UCR parece no sentirse ni representada ni respaldada.

La imposibilidad de armar una candidatura única en adición al salvavidas de plomo que significó el paso de Elisa Carrió por la provincia son ilustrativos de los tiempos que corren al interior de Cambiemos.

Si Córdoba fue para Macri el primer distrito que lo acogió como figura nacional en 2015, ahí donde decidió cerrar su campaña antes de las P.A.S.O, hoy representa el inicio de una prueba de fuego para el futuro de la alianza que tendrá inicio el 27 de mayo en el marco de la convención nacional radical.