María Cristina de Giácomi nació en Buenos Aires el 23 de agosto de 1956. Su familia tenía una buena posición social, y toda su educación fue en el colegio La Asunción de la Virgen, uno de los más prestigiosos y selectos de la época.

Los valores tradicionales del colegio se alborotaron cuando un grupo de monjas tercermundistas se acercó a acompañar a las estudiantes. Cris empezó a tener vínculo con el Padre Carlos Mugica, con quien iba a la villa 31 a ver de cerca los problemas de la gente más pobre.

La riqueza y la pobreza, por primera vez en su vida, eran dos caras de la misma moneda. ¿Qué significaría eso en su carrera? ¿Qué peso tendría la tensión entre ricos y pobres?

En 1991 llegó el proyecto que iba a cambiar su vida y la de miles de adolescentes. Empezaba en Telefé el ciclo de juegos producido y conducido por ella misma: Jugate conmigo.

Cris Morena se rodeó de jóvenes con cierta belleza hegemónica que formaban parte del elenco estable, y que aseguraban el fervor del público. Había un culto a los cuerpos esbeltos, delgados, que iba a ser una marca, también, en sus proyectos siguientes.

Jugate conmigo incluía cierta sexualización de la adolescencia que era inédita para la televisión argentina. Era como si Cris Morena hubiera querido patear la mesa de los valores tradicionales de la pantalla.

Un año después de terminado Jugate conmigo, Cris Morena dejó de lado la conducción y presentó su primer proyecto como productora de ficción: Chiquititas.

A lo largo de los años, por Chiquititas pasaron actores y actrices como Agustina Cherri, Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Luisana Lopilato, Benjamín Rojas y Felipe Colombo, entre muchos otros.