Luke Pearson, un estudiante de la Universidad del Sur de Misisipi (EE.UU.) encontró en un río una enorme tortuga caimán mientras realizaba un estudio sobre esos reptiles que se consideraban extintos.
Se trata de un macho, de casi 30 kilos, el ejemplar más grande registrado en la historia de esa región. Es la especie de tortuga de agua dulce más grande de Norteamérica cuya mordedura puede ser peligrosa para los humanos.
Se caracteriza por su larga y gruesa cola, las púas de aspecto prehistórico en su caparazón y su gran cabeza con un poderoso hocico.
La que encontró Pearson, rompió un récord en el estado de Misisipi pero este animal puede alcanzar en realidad el tiple del peso que este ejemplar.