“Desde el 21 de abril Corea del Norte detendrá pruebas nucleares y lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales”, informó la agencia central de noticias del país en las primeras horas del sábado en oriente, logrando así el primer paso hacia un acuerdo entre las partes.
La medida adoptada por el régimen de Kim Jong Un se produce a pocos días de que se desarrolle una cumbre entre el mencionado líder y su par surcoreano, Moon Jae In, donde se luchará por logar un histórico acuerdo de paz en la península, que mantiene vigente un conflicto bélico desde 1953.
Una de las sorpresas que se generaron en esta histórica decisión fue que desde Corea del Norte no pidieron por el retroceso del ejército de Estados Unidos, que mantiene una base militar en territorio de Corea del Sur, y un resguardo de más de 20 mil hombres en tierra y cerca de una decena de barcos destructores en las costas.
En el último tiempo, la disputa entre Donald Trump y Kim Jong Un había desatado una fuerte sensación de que el conflicto podría llegar a una etapa crítica, a partir de los testeos armamentísticos del país asiático, que tensionaba la chance de lograr un alcance a las costas de California.
Mun In Chul, del Instituto de Estudios para la Paz y la Unificación de la Universidad de Seúl sentenció que la salida de las tropas norteamericanas suponen una situación "más espinosa", que podría afectar la relación entre Corea del Sur y Estados Unidos, que mantienen desde principios de los años 50.
Sin embargo, desde Pyongyang siempre manifestaron que la presencia del ejercito extranjero genera cierto temor a una posible invasión para derrocar a Kim Jong Un, y ese ha sido el primer factor para el desarrollo atómico del país, por temor a las "políticas hostíles" del país americano.