Grupos de ultraderecha, negacionistas de la pandemia y pequeños empresarios se aglutinaron en el marco de una agitada jornada en toda Italia, con epicentro en Turín y Milán, en rechazo a las últimas medidas dispuestas por el Gobierno de Giuseppe Conte para frenar el avance del coronavirus.

Según informó el diario Repubblica, 28 personas fueron arrestadas en Milán tras participar de una manifestación en rechazo al decreto que ordena el cierre de bares y restaurantes a las 18.

Por su parte, diez agentes de las fuerzas de seguridad fueron heridos, en tanto en las dos protestas nocturnas hubo grupos de ultraderecha, como Forza Nuova entre los manifestantes y barrabravas de los equipos de la zona.

Otras diez personas fueron arrestadas en Turín en otra movilización en rechazo a las medidas de Conte en la que manifestantes rompieron vidrieras e intentaron saquear un negocio de carteras.

En la sureña Nápoles, mientras tanto, centenares de personas marcharon en forma pacífica desde la céntrica Plaza del Plebiscito hasta la sede del Gobierno regional para reclamar dar marcha atrás con las medidas dispuestas.

Sobre el comienzo de la semana Italia estrenó nuevas medidas para frenar el coronavirus, en medio de advertencias de dueños de bares y restaurantes de que el límite de horario decretado por el Gobierno podría hacer cerrar 20.000 empresas en todo el país.

Desde el Ejecutivo, el propio Conte reconoció el golpe que pueden provocar las últimas restricciones y anunció un paquete de medidas y subsidios para sostener al sector, ya golpeado desde el inicio de la pandemia por las limitaciones y por la caída del turismo.

El ministro de Economía, Roberto Gualtieri, adelantó en declaraciones televisivas que antes del 11 de noviembre habrá compensaciones para unas 350.000 empresas de todo el país.

Desde este lunes y hasta el 24 de noviembre, además de las nuevas disposiciones para bares y restaurantes, queda prohibida en Italia la apertura de gimnasios, piscinas y centros de esquí, dentro de un plan previsto por Conte para frenar el coronavirus y poder evitar una cuarentena generalizada como la que hubo entre marzo y mayo.