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La industria argentina a media máquina: ¿Qué pasó?

La industria utiliza el 56,2% de su capacidad instalada, siendo el nivel más bajo desde julio de 2002. ¿Cómo pega la crisis en cada sector?¿Qué proyecciones hay para este año?

La industria argentina a media máquina: ¿Qué pasó?

El dato informado por INDEC para el mes de enero, si bien no fue una sorpresa, sí fue una muy mala noticia. La industria argentina usa el 56,2% de su máximo potencial, es decir, funciona casi a media máquina y llegó al nivel más bajo desde julio de 2002. 

La capacidad instalada mide cuánto se usa de la capacidad máxima del sector industrial. Para calcular el indicador se tiene en cuenta cuál sería la producción total de cada sector si se usaran todos los recursos con los que cuenta. 

¿Qué pasó?

Si bien hay que tener en cuenta la época del año, podemos descontar este efecto si lo comparamos con enero del año anterior. En enero de 2019 se usó 5,4% menos de capacidad instalada que en enero de 2018.

La respuesta de por qué la industria argentina está a media máquina tiene que ver con la recesión en curso, que ya acumula 9 meses. La fuerte pérdida de poder adquisitivo tiene sus efectos, que los vivimos todas y todos en nuestro día a día. Con un ingreso que sirve cada vez para menos cosas y con tarifas que se actualizan periódicamente, la demanda se vino a pique y la industria argentina está, mayormente, orientada al mercado interno.

La explicación es sencilla: si no hay ventas entonces se achica la producción. Si la producción disminuye, empiezan las suspensiones y los despidos. De nuevo, menos consumo. Un círculo vicioso del cual es difícil salir. 

Sector por sector

De los doce sectores manufactureros, casi la mitad utilizó menos de la mitad de sus instalaciones. Sobresale la caída de la industria automotriz, que tuvo un nivel de actividad de apenas 15,7% y los textiles, con sólo 31,4%. Los otros dos rubros que en enero tuvieron registros inferiores al promedio general fueron metalmecánica, con 38,4%, y productos de caucho y plástico, con 48,4%.

Fuente: INDEC

Por su parte, productos del tabaco (83,9%), refinación del petróleo (76,6%) e industrias metálicas básicas (71,7%), mostraron el mayor nivel de utilización. También registraron elevados niveles de utilización: sustancias y productos químicos (68,9%), papel y cartón (67,4%), productos alimenticios y bebidas (57,5%), productos minerales no metálicos (57,1%) y edición e impresión (56,7%).

Los más afectados

La crisis más fuerte se está sufriendo en el sector automotriz, el textil y el de metalmecánica. Para darnos una imagen de lo que está atravesando la industria automotriz podemos tener en cuenta la suspensión de 900 empleados por parte de la empresa Iveco, que sólo producirá durante 10 días en marzo. Se suman suspensiones en Fiat, Honda, Peugeot y Renault, además del cierre de Metalpar que dejó 600 empleados sin trabajo.

En este sentido, no debe sorprendernos que la industria automotriz esté usando el 15,7% de su máximo potencial. Casi 1/7 de su capacidad instalada, muy lejos del promedio de "a media máquina".

La situación que está atravesando el sector textil también es muy delicada, en enero usó el 31,4% de su capacidad instalada, menos de un tercio de su potencial. Si comparamos con enero de 2018 la caída es de 31,4%, lo que demuestra una verdadera crisis para el sector. 

La industria metalmecánica, excepto automotores, usó un 38,4% de su capacidad, mientras que en enero de 2018 fue de 48,6%. Según el informe del INDEC, la menor utilización de las plantas se origina principalmente en las caídas de los niveles de producción de maquinaria agropecuaria y aparatos de uso doméstico.

Perspectivas

El problema de esta grave situación no termina en enero sino que plantea un panorama adverso tanto para la industria como para el conjunto de la economía. El hecho de que las empresas estén usando tan poco de su capacidad productiva quiere decir que lejos están de invertir en el sector. Por el contrario, lo que buscan es sobrevivir. 

Ante la falta de ventas hay acumulación de stocks, productos sin vender que se almacenan en busca de una demanda que no logra reactivarse. En muchos casos se terminan liquidando los stocks por debajo del umbral mínimo de ganancia, lo que pone en peligro la sostenibilidad del negocio. 

Debemos sumar los problemas que trae para la economía real una tasa de interés que desde el 15 de febrero, que estaba en 44%, no para de subir y hoy se ubica en 62%. En este panorama, pedir crédito es imposible y las deudas se acumulan a una tasa impagable. 

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