Carolina Verón es la maestra heroína de esta historia. Estaba dando una clase como suplente en una escuela de Laguna Larga cuando vio que Santiago, uno de los alumnos, de 9 años de edad, se subió al banco y empezó a hacer ruido.
La docente no entendía lo que estaba sucediendo: "Él me miraba y veía que sus ojos estaban muy abiertos y le salía secreción de la boca", relató Carolina.
Santiago se estaba ahogando. No podía respirar y estaba al bordo de desvanecerse. Es que minutos antes había tomado agua de su cantimplora y se había tragado la tapita, que al parecer estaba floja.
"Le puse el puño en la boca del estómago y con la otra presionaba hacia arriba para provocarle que eso subiera y expulsara la tapita", detalló la maestra, que con esta maniobra (de Heimlich) le salvó la vida a su alumno.
La mamá de Santiago se mostró totalmente agradecida con Carolina Verón: "Para nosotros es la heroína de guardapolvo blanco, porque hoy estoy disfrutando un desayuno con mi hijo Santi. Sin ella; sin su valentía y su reacción a tiempo hoy sería otra mi historia", compartió en redes sociales.