Fernando Morales tenía 52 años y era padre de dos chicos, la mayor de 12 y el menor de 8. Falleció en la madrugada del 5 de mayo mientras esperaba que lo trasladaran a un clínica en Sudáfrica donde podría haber recibido mejor atención, pero no llegó.

Le habían realizado un hisopado para determinar si se había contagiado coronavirus y aunque los resultados aún no están disponibles todo hace pensar que Morales contrajo COVID-19 y, por ser paciente de riesgo (tenía antecedentes cardíacos y pulmonares), su cuerpo no resistió el virus.

Hacía 25 años que estaba trabajando en África. Primero estuvo en Sierra Leona y, después, se radicó en la ciudad de Dar es-Salaam (Tanzania), donde se desempeñaba como médico en ICAP, una ONG de la Universidad de Columbia que brinda servicios integrales para combatir el HIV y en iniciativas de fortalecimiento del sistema de salud en comunidades vulnerables.

En África, conoció a Crymy, con quien se casó y tuvo dos hijos. A principios de marzo, Crymy dejó Tanzania para venir a Buenos Aires. En el medio, se decretó la pandemia y ella quedó varada en Argentina. Quedó alojada en la casa de sus suegros. 

Hace dos días, Fernando le comunicó que tenía síntomas de coronavirus y algunas horas más tarde murió. 

Crymy está desesperada por regresar a África para estar con sus hijos que, por el momento, están a cargo de la niñera. El caso está en manos de Cancillería que, a través de la embajada argentina en Nairobi (Kenia), analiza de qué manera reunir a esta familia... lo más viable hasta ahora es que los niños vengan a Argentina, pero para que eso suceda primero deben determinar que no tengan COVID-19.