Luego de la sorpresiva salida de María Belén Ludueña, del ciclo matutino Buenos Días, América, se conocieron varios testimonios de periodistas que pasaron por el ciclo conducido por Antonio Laje, que apuntaron directamente al conductor y lo acusaron de maltrato laboral y acoso sexual.

Ludueña se despidió en un mar de lágrimas y su salida repentina no quedaba clara, hasta que fue Ángel De Brito quien destapó lo que ocurría. "Qué triste que en pleno 2021, una profesional no pueda hablar del maltrato laboral. ¿Por qué llora María Belén Ludueña? Y detrás de un maltratador, hay mucha gente con poder que lo apoya", dijo en sus redes sociales el periodista y conductor.

Acto seguido vinieron los testimonios de otras mujeres que contaron haber padecido lo mismo, y de a poco comenzaron a hablar.

"Lo que me pasó a mí es que no me di cuenta cómo había empezado a naturalizar ciertas conductas de violencia. Eso es muy importante para tener en cuenta. Cuando echaban personal, compañeras me decían 'cuídate, estate atenta'. Una no se empieza a dar cuenta o dice 'debe ser así' porque no conozco otra cosa. Es importante saber que cuando hay una situación de violencia laboral no es de una sola la persona responsable. Capaz uno piensa que es la persona que está enfrente de cámara, pero no podría hacerlo si no hubiese todo una estructura atrás", dijo en La Once Diez Fiorella Vitelli, nutricionista que fue columnista en el programa de Laje y que fue -también- desvinculada repentinamente.

Por su lado, Laje guardó silencio durante una semana, y en su programa realizó un descargo donde resaltó su "exigencia" y dejo entrever que quizá producto de ella, puede llegar a incurrir en algún destrato.

"Yo creo en el esfuerzo, en el mérito y en las exigencias. Yo no creo en los maltratos, la verdad que no, creo en exigencias", expresó Laje, antes de quebrar en llanto y alegar que vive un infierno.

Ante toda esta situación, y tomando el textual del conductor, los trabajadores y trabajadoras de América y A24, productora donde se desempeña Laje como conductor, inundaron las oficinas del canal con carteles que rezaban: "No es exigencia, es maltrato".

Asimismo el colectivo de Periodistas Argentinas, también se manifestó tras los dichos del periodista y resaltó la importancia de no naturalizar el maltrato laboral.