Tras el inesperado fallecimiento de Natacha Jaitt el 23 de febrero último, el salón Xanadú en el que fue hallada sin vida fue clausurado por ser clave para la investigación. De hecho, el dueño del local, Gonzalo Rigoni, fue una de las personas que llamó al 911 esa noche.
Ahora, según dio a conocer Telefe, el espacio reabrió sus puertas casi 2 meses después del hecho luego de que le fue levantado el cierre. En un informe llevado adelante por el periodista Nacho Girón se mostraron las instalaciones por dentro y por fuera.
El complejo, de unos 5.000 metros cuadrados ubicado en La Ñata, Benavídez, cuenta con un patio con escenario externo, pista de baile, cocina y un primer piso con habitación privada. En esta última fue encontrada muerta Natacha.
Tanto en planta baja como en el predio al aire libre hay áreas para relax que incluyen colchones y cortinas, orientados a crear un ambiente más íntimo.
En el cuarto del primer piso puede encontrarse una cama de dos plazas, un ventanal y dos baños (uno para mujeres, otro para hombres) con ducha incluida a pocos pasos. Fue allí donde la conductora pasó sus últimos momentos hasta su trágico final.
De acuerdo a José Vera, abogado de Rigoni, declaró ante las cámaras del canal citado que su cliente ya "puede retomar la conducción de su empresa (Xanadú) y seguir adelante".