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Relaciones tóxicas: cuando un desamor deja secuelas y enferma

Soledad Fernández sufrió maltrato psicológico y emocional en su adolescencia. Él todo un seductor nato y ella enamoradísima. Diez años después revela, en su libro "Psicopateame", cuán destructivo puede ser este vínculo y qué tan difícil resulta superarlo. 

Relaciones tóxicas: cuando un desamor deja secuelas y enferma
"Psicopateame", Soledad Fernández

"Psicopateame" es un libro autobiográfico escrito por María Soledad Fernández (31) -con Editorial Tinta Libre- en el que narra sus graves problemas emocionales que la afectaron en su adolescencia. Tenía 19 cuando comenzó una relación tóxica y cuando se dio cuenta de esto ya había sufrido ciberacoso, maltrato psicológico, depresión y estrés crónico. 

Todos sus años de sufrimiento quedaron escritos en diarios íntimos que hoy aparecen en su gran obra maestra que la autora define como "una especie de catarsis" y que sirve de ejemplo para todes les que sufrieron un desamor o fueron depredades emocionalmente. 

Es muy difícil salir de ahí. Cuando sos maltratada o maltratado psicológica y emocionalmente te quedás sin herramientas y la relación te va consumiendo la autoestima y vos sentís que valés cada vez menos, que sos un punto muy muy muy chiquito en un mundo avasallante. "Sé resiliente" aconseja Soledad en "Psicopateame" y explica cómo pudo salir adelante y recuperarse...porque los problemas que vivió se pueden superar y esa es la idea de su libro.

Se enamoró a los 19 años de un "psicópata" y el resto de la historia es dolor y enfermedad.  Él todo un seductor nato y ella enamoradísima. "Un hombre encantador, caballero, 10 años más grande que yo. Tenía un montón de cosas que me exitaban en todos los sentidos. Tenía experiencia, amaba cómo teníamos sexo, sabía cómo tratar a una mujer adelante de sus amigos y vivía en un departamento en Recoleta", así lo describió la autora en diálogo con Filo.News. 

Pero junto a aquellas noches que ella definió como "mágicas" llegó la violencia invisible, indenunciable. El maltrato psicológico y emocional. Y por sus carencias afectivas Soledad se quedó ahí, pegada a él. A un hombre que no la amaba, que le era infiel y que le quitó lo más valioso que tenía: a sus seres queridos, su trabajo, su paz mental, su salud.  

En el 2010, de la mano del "psicópata" llegó a su vida el acoso de un hacker, una persona que nunca lograron identificar pese a las investigaciones y que se dedicaba, según la autora del libro, a "arruinarle la vida" al hombre del que ella estaba enamorada. "El hacker investigaba qué hacía él, dónde estaba, con quién, qué escribía y con quién se comunicaba para después interferir en su vida amorosa, profesional, personal". El pirata informático sabía todo de él y sabía todo de ella y a Soledad no le importaba porque estaba dispuesta a ser para su pareja la mujer salvadora y rescatadora y entonces él le retribuiría el gesto con un amor permanente. 

Sin embargo la situación la sobrepasó. "Un día estaba yendo a la facultad y me llaman por teléfono y me dicen 'Hola, ¿Soledad Fernández?...llamo por tus servicios...'. Yo le dije que se había confundido y me dijo que sacó mi teléfono de un aviso de Internet que decía 'Chicas en Lomas de Zamora. V.I.P'", contó en diálogo con Filo.News. El aviso en una red de prostitución estaba acompañado de una foto de ella vestida de porrista que fue tomada durante su viaje de egresados. También aparecía la dirección de la casa donde vivía con sus padres. 

"Le expliqué 'Por favor, estoy sufriendo el acoso de un hacker, necesito que me hagas de testigo. Y el hombre me dijo 'No, no, yo no quiero ningún problema porque soy casado' y cortó'. En ese momento nadie sabía nada de delitos informáticos y me costó encontrar un abogado que me ayudara a sacar mi foto de ahí. También me costó contarles a mis papás que un hacker me armaba citas sexuales por Internet", recordó la técnica en Comunicación Social. 

Este episodio la deprimió bastante y tuvo que prometerle a su familia que no volvería a ver al hombre que le causó tanto sufrimiento. Soledad se la pasaba todo el día encerrada en su cuarto, durmiendo, mezclando Clonazepam con alcohol. "Me hice adicta", declaró sobre la combinación de sustancias. Como también se dio cuenta que era adicta a aquella relación tóxica. 

Volvió a verse con el "psicópata" a escondidas. Nadie lo sabía, ni siquiera el hacker que ya no los molestaba. Y una noche, desde el idilio, se preguntó ¿Quién es esta persona que está durmiendo al lado mío?; ¿Por qué este hombre que me prometió todo, el cuidado, el respeto, el amor, de repente se ha transformado en un monstruo?. 

Ella sabía que tenía que dejarlo pero le resultaba muy dificil superarlo. Hasta que un día fue él quien dijo adiós y entonces ella volvió a respirar. "Me dijo que se iba a vivir al exterior porque había conseguido trabajo, lo despedí y entendí el estrés que me producía estar con una persona así", detalló la escritora. 

¿Cuán destructivo puede ser un vínculo?

"Las palabras tienen un peso que llegan al cuerpo y te lastiman" continuó Soledad. "A los 6 meses que me alejé del 'psicópata' empezaron los primeros síntomas. Me dolía todo el cuerpo, sentía que me corría vidrio roto por las venas. Llamaba constantemente a la ambulancia y cada vez que me visitaba un médico me decían que no tenía nada, que era estrés. Una vez fui a una guardia caminando y sentía que llevaba dos bolsas de cemento en cada pierna y en cada brazo", relató la periodista. 

"Después de muchos estudios horrendos llegó el diagnóstico: fibromialgia; polimiositis; esclerodermia y Raynaud. Todas enfermedades autoinmunes y que no tienen cura aunque así como se despertaron puede que en algún momento se duerman", explicó la autora de "Psicopateame" y lanzó una reflexión al respecto: "El cuerpo no me protegió porque yo no me protegí de la agresividad externa. Mi sistema estaba totalmente loco y me atacaba a mí. Empecé a respetar mi cuerpo recién cuando me empezaron a doler lugares donde nunca antes me habían dolido". 

Su vida dio un giro de 180 grados. Ya no podía trabajar en relación de dependencia porque no podía estar tantas horas en actividad y su aspecto físico había cambiado debido a la esclerodermia cuya característica principal es un trastorno de la síntesis de colágeno una fibra que producida en exceso se acumula y endurece ciertas partes de la piel y de otros órganos. "Mi cara es muy distinta a la que era antes. Me comió un poco de los labios de arriba, piel de la nariz y parte de las manos que no las puedo abrir ni cerrar en su totalidad", reveló en diálogo con Filo.News. 

Asistió durante un tiempo como voluntaria a la Asociación Argentina de Esclerodermia y Raynaud (AADEYR) pero después decidió irse y explicó los motivos: "Trataba con mujeres de 40, 50, 60, 70, 80 años. Tomábamos todas la misma medicación, teniamos todas la misma boca y los mismo problemas y con la diferencia que ellas se iban muriendo. Entonces me dije dure lo que dure necesito vivir mi vida como yo quiera y así no era...entonces me fuí". 

Tiempo después y con su certificado de discapacidad en mano, publicó este libro como terapia para salir del papel de víctima y recomponer su vida. Hoy, con su historia, le cuenta al mundo que el buen amor enriquece y cura, mientras que las relaciones patológicas empobrecen, quitan lo mejor de uno, enferman y matan.

"Psicopateame" se puede comprar en www.tintalibre.com.ar en formato físico o e-book.

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