La triste historia tuvo comienzo en el año 2007, cuando el dueño de un circo le pidió al propietario de un campo ubicado en la localidad puntana de Justo Daract, 140 kilómetros al este de la ciudad de San Luis, que los cuidara por seis meses: en ese momento, eran sólo dos los tigres que estaban en el vagón-jaula y tiempo después se agregaron dos cachorros.
Sin embargo, el empresario circense jamás regresó, por lo que los magníficos felinos empezaron su tragedia,llevan 15 años encerrados, sin caminar más que dentro de la jaula.
Cuando la sorprendente historia llegó a oídos del director de Desarrollo de Proyectos de la organización internacional Four Paws, el veterinario egipcio Amir Khalil, empezó a diagramarse la posibilidad de trasladar a los felinos a un santuario de vida silvestre en Sudáfrica.
La reconocida entidad naturalista señaló que está "trabajando arduamente en conseguir los permisos con las autoridades" argentinas. "Es una misión bajo mucha presión, por el tiempo que llevan estos tigres encerrados", indicó Four Paws.
Una delegación de Four Paws viajará a San Luis en las próximas semanas para tratar de ultimar los detalles y poder culminar con el traslado de los cuatro tigres, que pasarán a vivir en el refugio de Lionsrock, en Sudáfrica.